Sobreseen a una mujer que estuvo seis meses presa por un delito que nunca cometió
Hecho ocurrió en 2016 y recién la semana pasada se decretó esta medida, después de comprobarse que era inocente.
Pablo Mamani Prado
Una pesadilla que comenzó el 5 de marzo del 2016 tiene un final feliz para Nardy Ribera, una joven de nacionalidad boliviana que actualmente vive en Tocopilla. Esto, porque desde ese día tuvo que pasar en prisión por un delito que nunca cometió.
Y es que a las tres de la madrugada de ese día, la vecina estaba en un bus que iba de Iquique hacia Tocopilla, tras pasar en Bolivia visitando a unos familiares. Ella, junto a otros pasajeros fueron sometidos a un control en la Aduana El Loa.
Prisión
Nardy, entre sus pertenencias, tenía unas cremas de queratina para uso capilar, las cuales eran un encargo de una conocida en Tocopilla. Estas cremas fueron sometidas a una prueba de campo, que erróneamente dio positivo a cocaína. Desde ahí comenzó el infierno para ella, quien fue detenida por tráfico de drogas.
"Cuando a mi me pasó esto, vivía y trabajaba en Tocopilla, al frente de un salón de belleza. Una persona que era mi amiga de ese negocio me pidió un favor, porque viajaba a Bolivia y me pide que le traiga unos documentos y unas cremas de queratina. Entonces allá en Bolivia me dan unos documentos y las cremas, esto por hacerle un favor a ella, no eran míos. Cuando a mí me detienen, me hacen pasar a una habitación y me piden que me siente, ahí una persona de la PDI y una señorita de Aduanas dijeron que le iban a hacer un narcotest (a las cremas) y cuando lo hacían, las personas me estaban dando la espalda a mí y es ahí cuando se voltean y me dicen: mira, tú estás detenida por tráfico de drogas. En ese momento, agarro y le digo no es así y que estas cosas no son mías, que le estaba haciendo el favor a una persona y todo eso. Ahí fue que me pongo a llorar y le muestro la conversación de la persona que necesitaba esas cremas. Lo único que me decían era que me calle y ahí traía un dinero, que eran siete mil dólares, se me incautó y nunca más lo vi. Fue algo muy duro, porque en ese momento perdí parte de la noción del tiempo, fue algo muy fuerte lo que estaba viviendo, no lo asimilaba", expresó la mujer, quien actualmente vive en Tocopilla.
Posteriormente la joven, que ahora tiene 32 años, fue formalizada por ese delito y quedó en prisión preventiva en la cárcel de Alto Hospicio sin que nadie lo supiera, incluyendo su familia en Bolivia.
Este medida cautelar se mantuvo hasta el 13 de septiembre del 2016, cuando el Ministerio Público informó al juez que el Instituto de Salud Pública (ISP) afirmó que no había encontrado droga en las cremas que queratina que portaba Nardy.
Sobreseimiento
Después estuvo con arraigo nacional por tres meses y pese a esta contundente prueba que indicaba su inocencia, la causa seguía vigente hasta el pasado 25 de noviembre cuando se celebró una audiencia, tras la solicitud de la Defensoría Penal Pública, donde se logró establecer que nunca existió el delito por el que fue imputada.
"Además de lograr el sobreseimiento, lo que logramos fue un acto de reparación y dignidad para Nardy, quien con este error pasó mucho tiempo injustamente en la cárcel", explicó la jefa de Estudios de la Defensoría Regional de Tarapacá, Karina Reyes, en www.dpp.cl, quien alegó en la audiencia el sobreseimiento definitivo, establecido en el artículo 250 letra a del Código Procesal Penal, esto es "cuando el hecho investigado no fuere constitutivo de delito".
El caso de Nardy es parte del "Proyecto Inocentes" de la Defensoría Penal Pública, y ella pudo asistir a la audiencia y presenciar cómo se declaró el sobreseimiento definitivo que terminó con la causa que la atormentó durante más de 6 años, explicaron desde la Defensoría.
"Estoy muy agradecida de la Defensoría, de esas personas que me dieron la oportunidad de escucharme, que fue el licenciado Humberto Sánchez, que pude llegar a él a través del Proyecto Inocentes, al periodista Alexis Matamala y al defensor nacional Carlos Mora, que me escuchó y tuve la oportunidad de conocerlo en Santiago (...) . Quiero ayudar realmente, luchar por los derechos humanos, por las personas que han sido privadas de libertad siendo inocentes, porque nadie nos escucha, nadie sabe que más allá de lo que pasa hay una familia que queda muy afectada. Una va viviendo su vida a diario, soy extranjera y cuando me liberaron llegué acá a Tocopilla, no tenía donde ir, pasé tres días en la calle. Tuve trabajo y según las personas que estaban a mi alrededor, mis amigos, amigas, estuve en la cárcel y me dieron la espalda. Fue una experiencia muy mala", concluýo Nardy, quien ahora ve la vida con mejores ojos, tiene un emprendimiento y de a poco va transformando la pesadilla vivida en un futuro prometedor.
pablo.mamani@estrellatocopilla.cl