"Me gustaría que hubiese una cámara que muestre qué es lo que está pasando en el hospital"
La enfermera de la UCI del Hospital Regional, Karen Joustra cuenta cómo ha enfrentando esta pandemia y la frustración que causa el que sigan aumentando los contagios.
Ricardo Muñoz E./Redacción
Antes de la pandemia Karen Joustra se dedicaba a trabajar de manera independiente. Cuando comenzó la primera oleada de pacientes Covid-19 en el Hospital Regional de Antofagasta (HRA), la enfermera de casi tres décadas de labor no lo pensó dos veces y respondió a la convocatoria. Sin saberlo en ese momento, enfrentaría tal vez uno de los desafíos más importantes de su vida: hacer frente a esta nueva enfermedad, pero siendo testigo de los efectos más críticos en los pacientes.
La profesional fue designada a la Unidad de Paciente Crítico (UPC), aquella que alberga a la UCI donde todos los que ingresan requieren una atención intensiva. Están ahí mismo los que están dando la batalla por su vida contra el SARS-CoV-2.
Una sola vez Karen ha presenciado algo similar, que podría asemejarse en la cantidad de pacientes críticos que fue ingresando hasta el hospital. Eso fue en junio de 1991, el recordado aluvión de Antofagasta.
"Era una enfermera que estaba por egresar de la universidad y ocurrió este desastre de la naturaleza en Antofagasta. Hubo inundaciones, muertes, colapso de muchos pacientes en el hospital. Recuerdo haber vivido algo parecido, pero no tan prolongado como en esta oportunidad", dice en comparación a la actual contingencia.
Previo al ingreso al hospital la enfermera realizaba sus actividades profesionales más bien dedicada a la gestión que a la atención clínica misma. Viendo desde afuera lo que estaba ocurriendo, sintió algo de miedo por no tener la certeza de lo que se podría venir. Pronto pasó de trabajar sola a integrar un equipo completo de personas de otras disciplinas médicas dedicados a salvar a los pacientes de las secuelas o al menos a mantenerlos con vida.
"Al verme involucrada en estos procesos clínicos de atención al paciente crítico, una ve que es muchísima la gente que tiene que interactuar. Muchísima. Y es una cadena que involucra distintos estamentos", afirma.
Es entonces cuando hace una pausa y reflexiona respecto a parte del sacrificio que están realizando los funcionarios de salud para combatir al Covid-19, sobre todo las mujeres. De acuerdo con cifras del mismo recinto, el 80% de todos los funcionarios corresponde a dotación femenina.
"Lo que más me ha impactado es ver a mis compañeras que tienen niños pequeñitos, algunas que fluctúan entre los dos y los 12, 10 años... (Ellas) en algún momento tuvieron que sacrificar su familia por la vocación... y eso es realmente admirable", destaca,
El ambiente en la UCI no sólo es atención clínica intensa. Los profesionales de la salud han tenido que afrontar situaciones complejas como el contactarse con la familia de los pacientes para conocer el avance de estos o gestionar videollamadas para que sientan un poco de acompañamiento. A veces es para despedirse previamente, ante la incertidumbre de no saber si se repondrán tras estar conectados a un ventilador mecánico.
Como es sabido, Covid es una enfermedad que no sólo puede ser crítica si se agrava o que deja secuelas, sino que también triste por lo solitaria. Los pacientes ingresan sin la posibilidad de recibir visitas de nadie para evitar contagios.
Pero esa es una realidad que se vive dentro de las paredes de la UPC. Fuera del recinto, aún a un año de pandemia, hay noticias de fiestas clandestinas, aglomeraciones o el no respeto a las medidas de autocuidado.
Frente a ello, la enfermera reflexiona: "A veces nosotros podemos observar si una persona está usando o no correctamente la mascarilla, pero hay otras cosas que no se ven. Por ejemplo, cuánto tiempo la tuvo guardada en el bolsillo y si es de género, cuándo fue la última vez que la lavó. Hay detalles así que pareciera que es muy simples, pero no es".
Entonces, señala que cuando ve que no se respetan las medidas, los aforos o simplemente no hay una percepción del riesgo, "siento un poco de frustración. Es tanto el esfuerzo que se está haciendo a nivel país y local de cada funcionario para poder hacerlo mejor posible y sacar a los pacientes vivos y sin secuelas, que me gustaría que hubiera una cámara permanente mostrándole a Antofagasta qué es lo que está pasando acá dentro del hospital, para que por lo menos se hicieran una idea de que de que la situación exige mucha responsabilidad y autocuidado".
La Estrella