Desafíos en la sala de clases

En el marco de la Ley TEA, la reflexión de cómo hemos ido creando conciencia sobre la inclusión de niños y niñas a nuestra sociedad y, en especial al sistema de salud y escolar, se puede mirar con una perspectiva positiva que está dando pequeños pasos. Sin embargo, no podemos olvidar que la realidad de salas, en que existe una diversidad total (todos los niños son diversos y aprenden de manera diferente), genera otra necesidad. Se requiere comprender que la inclusión requiere un esfuerzo mancomunado de nuestra sociedad que acepte tal individualidad en el progreso del aprendizaje, pero, sobre todo, que acepte que ello implica dar tiempos, estrategias y adaptar un sistema de un currículo tan rígido como el que poseemos.

No parece ser suficientes buena intenciones y reflexiones, sino que se necesitan cambios estructurales que acojan a los niños neurodiversos desde su totalidad. Aceptar los ritmos de aprendizaje, aceptar y adaptar los contenidos a los esenciales, promover las fortalezas por sobre las dificultades y, especialmente, potenciar aquello que parece ser una particularidad positiva que impacta en todos (grupo curso).

Aprender es un proceso continuo en el ser humano.

Fondos

Señor director:

¿Por qué tanta atención con los extranjeros de ingreso irregular? Cuando alguien va al extranjero no le dan ni los buenos días. Acá les dan de todo, mientras muchos chilenos pasan hambre porque las pensiones son bajas y no las mejoran. Ahora hay bonos por diferentes situaciones y a los jubilados nos ignoran. ¿Por qué no nos mejoran las jubilaciones? Dejen de ser figurones, así están desviando las diversas situaciones del país.

En el norte estamos padeciendo de muchas cosas y no veo para cuándo nos vayan a arreglar los sueldos. Deben acordarse todos los chilenos que tuvimos un superávit del precio del cobre cuando estaba Bachelet y eso se perdió. Sería bueno que Bachelet y Piñera que digan qué se hicieron los 30.000 millones de dólares, que eran para las emergencia y nunca se gastó un peso en las catástrofes que han sucedido. De ahí se podría sacar dinero para mejorar las jubilaciones de los adultos mayores, ya que no tenemos opción a encontrar un trabajo digno por ser muy viejos. Tenemos estómago, sentimos cansancio, hay muchos que no reciben un peso de parte de sus hijos y tampoco nos quieren dar el 10% de nuestros fondos. Lo único que les preocupa son las votaciones para juntar dinero por los votantes de cada partido político. ¿Hasta cuándo vamos a padecer esta miseria? Hay que votar nulo para que los partidos políticos no agarren ningún dinero.

Juan Arellano Aguirre