Wimbledon y una seducción de US$49 millones para los tenistas
El torneo aumentó sus premios por participar en primera ronda y cada jugador se embolsará 55 mil euros.
Agencia EFE/Nicolás Labra
A la espera del debut de Cristian Garin (44°) ante el italiano Matteo Berrettini (11°) y de Alejandro Tabilo (80°) frente al serbio Laslo Djere (55°) en la primera ronda de Wimbledon, el tercer Grand Slam del año presenta una bolsa de 40 millones de libras (49 millones de dólares) para seducir a los tenistas que tuvieran dudas ante la decisión de la ATP y la WTA de no conceder puntos al torneo por vetar a rusos y bielorrusos.
El ganador del título se llevará 2 millones de libras (2,4 millones de dólares), tanto en categoría masculina como en femenina, pero el verdadero incentivo para los jugadores está en el premio por participar. Aquellos tenistas que jueguen la primera ronda se harán con 50.000 libras (61.000 dólares), lo que supone un incremento del 4,2 % respecto a 2021, y un 11,1 % respecto a 2019, el último año que se pudo jugar sin restricciones por la pandemia.
Con estos incentivos, Wimbledon ha logrado esquivar una avalancha de bajas por parte de los jugadores, que este año, de manera excepcional, no competirán por puntos, solo por dinero y gloria. Cuando Wimbledon se convirtió en el primer torneo en sancionar a tenistas individuales, en este caso rusos y bielorrusos, para evitar su apoyo al régimen de Vladimir Putin, la respuesta de ATP y WTA fue la de cercenar los puntos del campeonato, por no respetar los rankings y por tomar cierto carácter de torneo invitacional.
Sin embargo, la falta de puntos no ha espantado a los tenistas, al menos no a la mayoría de ellos. Y es que los Grand Slams son un pilar importante del sustento económico de los deportistas. Son los torneos que más dinero reparten, con una amplia diferencia respecto al resto. Fuera de Roland Garros y el Abierto de Australia, que dieron más de 61.000 dólares respectivamente a los que perdieron en primera ronda, el siguiente torneo en la escala de premios esta temporada fue el Masters 1.000 de Madrid, que repartió 29.500 dólares a los participantes.
La diferencia es tal que hay muchos tenistas que consideran que participar en los cuatro Grand Slams les permite subsistir el resto del año. A esto también ayuda que los cuadros sean de 128 jugadores y que, además del torneo individual, esté la posibilidad de jugar el dobles y el dobles mixto, donde los premios bajan (15.800 dólares por una primera ronda), pero que aun así son superiores al resto de torneos.
El músculo económico del torneo, respecto a sus tres compañeros de Grand Slam, se explica desde el hecho que fue el único que tenía contratado un seguro contra pandemias antes de que llegara el covid. Esto le permitió ingresar cerca de 100 millones de libras (122.600 millones de dólares), pese a que fue el único 'major' que tuvo que suspenderse en 2020.
La inyección por parte de la aseguradora les dio incluso la oportunidad de indemnizar a aquellos tenistas que hubieran podido participar por ranking en la edición de 2020 y Wimbledon repartió 10 millones de libras (12,2 millones de dólares) como gesto para ayudar a los jugadores.
También les benefició que en 2021 pudieron hacer un torneo casi libre de covid gracias a las relajadas medidas del Gobierno británico en el verano. El campeonato comenzó con restricciones de aforo, pero terminó con la pista al 100% de su capacidad. Además, a diferencia de otros eventos como Roland Garros, está permitido el consumo de alcohol dentro del estadio, otro impulso financiero a las arcas de un torneo que genera más de 316 millones de dólares anuales y que en 2021 tuvo un beneficio de $US 52,7 millones.
Bajas
A la espera del arranque del tercer Grand Slam de la temporada, las bajas más importantes se han debido a lesiones, como es el caso de Alexander Zverev, que se rompió los ligamentos del tobillo en Roland Garros, y Naomi Osaka, que se recupera de una lesión en el tendón de aquiles.
La única tenista en declarar abiertamente que no acudirá a Wimbledon ante la falta de puntos ha sido Eugenie Bouchard. La canadiense, que ganó el torneo en categoría júnior en 2012 y llegó a la final en 2014 en el cuadro principal, dijo que no jugará porque "no tiene sentido" gastar una de las invitaciones que tiene por ranking protegido -que se da a los tenistas por lesiones de larga duración- en un torneo que no le va a permitir subir puestos en la clasificación. La de Montreal actualmente no tiene lugar en la clasificación WTA ya que no compite desde marzo de 2021.
"Pese a lo mucho que quiero Wimbledon y saltar el torneo me pone triste, usar el ranking protegido para jugar un torneo que no entregará puntos no tiene sentido", dijo Bouchard.
De cara a los favoritos, y tras el sorteo del viernes de los cuadros principales, Novak Djokovic y Rafael Nadal quedaron en los cuadrantes opuestos, por lo que solo se toparían en una eventual final. El joven Carlos Alcaraz, en tanto, podría volver a poner en aprietos a Djokovic en un posible cuartos de final.
De Nadal, que en un principio fue duda por su lesión crónica en el pie izquierdo, su entrenador Carlos Moya destacó que llega bien preparado a la cita que no juega desde 2019, cuando perdió en la semifinal ante Roger Federer.
"Wimbledon es un torneo fetiche para Rafa. Ha ganado el título en dos ocasiones y ha hecho cinco finales seguidas. Sabe encajar perfectamente su juego con lo que requiere la hierba, prueba de ello es que hizo semis en las dos últimas apariciones. Para mí aspira a lo máximo en este torneo", comentó Moya.
"Pese a lo mucho que quiero Wimbledon, usar el ranking protegido para jugar un torneo que no dará puntos no tiene sentido".