Atenciones por salud mental aumentaron más del doble en un año
Cifras corresponden a prestaciones del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, las que subieron de 1.234 en el 2020 a 3.031 en 2021 por efectos de la pandemia. Ansiedad y depresión lideran las consultas. El psiquiatra Luis Barra analiza el actual escenario de este tipo de patologías.
Mientras hoy la circulación viral del SARS-CoV-2 es baja en la región y se estudia sus secuelas en lo que es conocido como el "Covid Prolongado", los efectos del patógeno también impactan fuertemente en la salud mental, sobre todo con el regreso a la "normalidad" de muchas actividades, como el frenético retorno a clases presenciales desde marzo pasado.
"No recuerdo un periodo con tanta demanda por atención como el que estamos viviendo ahora", dice Luis Barra, psiquiatra del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta (HCUA) y quien hace más de dos décadas que trabaja en la salud mental.
Este recinto es el único de la región que ofrece atención en esta área a través de Fonasa, por lo que su demanda natural proviene del sector público y ésta se ha incrementado por consecuencias de la extensa pandemia.
Según las estadísticas del centro universitario, durante 2020 se realizaron 1.234 atenciones en psicología y psiquiatría, en 2021 la cifra subió a 3.031 (más del doble), y este año hasta marzo ya se habían practicado 803 prestaciones en las mismas especialidades.
Además, el 81% de estas atenciones son requeridas por adultos, mientras que la mayor proporción la ocupan las mujeres con tres de cada cuatro consultas por salud mental.
Por eso Barra reafirma que producto del Covid-19 se agudizaron los problemas de salud mental en todo el país, lo que plantea un gran desafío para los especialistas y el sistema sanitario. Sobre todo, porque "lo que hagamos hoy en prevención y promoción en salud mental, lo veremos en 10 años más", asegura el médico.
¿Cuál es su diagnóstico de la situación actual de salud mental?
Es difícil hacer un diagnóstico porque todavía estamos muy encima del fenómeno y sólo existe información desperdigada. Pero podemos decir que nuestra salud mental ha sufrido un deterioro en términos globales.
Probablemente antes de la pandemia uno de cada cinco personas tenía sintomatología del área de la salud metal significativa como para pensar que podría ser un trastorno; hoy podemos pensar que ya no estamos en uno de cada cinco, sino que en uno de cada cuatro.
¿Cómo ha sido el aumento de la demanda?
No recuerdo un periodo de tanta demanda. Y en esto creo que intervienen varios fenómenos; uno, que efectivamente el número de personas que requiere atención ha aumentado bastante como efecto de la pandemia; dos, que en estos últimos cinco años el concepto de salud mental se ha ido desarrollando, entonces las personas consultan más, piden más ayuda y tienen más claridad sobre sus necesidades de atención.
Y a todo esto sumaría, como tercer factor, que hoy tenemos una Ley de Salud Mental que define muchas cosas, y cuando usted le pone un nombre a algo y lo define, tiene un estándar para comparar y para medir.
Pero quiero insistir en algo, la pandemia es un fenómeno que no hemos terminado de dimensionar, y seguramente nos vamos a pasar la próxima década mirando sus efectos en nuestra sociedad.
¿Qué es lo que más se consulta?
Nosotros somos un centro de atención ambulatoria, por lo tanto, no vemos urgencia, y en ese contexto lo que más tenemos son consultas del área de la ansiedad, depresión, trastornos por uso de sustancias
Si usted va al Hospital Regional, que tiene un servicio de urgencia, posiblemente lo que verá son casos de ideación suicida, psicosis, consumo de sustancias durante los periodos de abstinencia, conductas disruptivas, agitación psicomotora. Tiene que ver mucho con el tipo de centro.
¿Por qué las mujeres tienen más riesgo de desarrollar una enfermedad mental?
Desde la adolescencia en adelante las mujeres tienen más riesgo, eso está estudiado y hay varios elementos que lo determinan.
Hay elementos sociales vinculados al hecho de estar más expuestas a agresiones y maltrato, menos acceso a recursos, menos acceso a educación; todo eso ya las coloca en una situación de desmedro. Pero también existen algunas variables biológicas en que los ciclos reproductivos de la mujer y el postparto, se asocian a un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental.
Entonces, en el caso de las mujeres, hay un factor biológico y hay un factor sociológico, cultural y ambiental que incide.
¿Cuánto tardaremos en dejar atrás los efectos de la pandemia?
Hoy se habla de volver a la normalidad, pero el gran tema es qué entendemos por "normalidad", porque después de un fenómeno como el que vivimos, la normalidad no puede ser la misma de antes, y no podemos tener un estándar de referencia "2019". La respuesta es compleja y posiblemente tiene varios elementos.
Tenemos que recuperar los espacios públicos, actividades que motiven a que la gente se congregue, participe, pueda disfrutar del arte y la cultura, intercambiar opiniones, eso es lo primero.
Lo segundo tiene que ver con las coberturas, hoy tenemos problemas de salud mental, pero el presupuesto asignado impresiona por lo insuficiente. La salud es un continuo desde la promoción, prevención y atención, pero en Chile ponemos mucho énfasis a lo último y olvidamos invertir en promoción y prevención.
Necesitamos más campañas, más actividades masivas. Tenemos que pesquisar más, en adolescentes, embarazo, post parto, estudiantes y en el comienzo de la vida laboral, que son etapas claves de la vida.
"Después del fenómeno que vivimos la normalidad no puede ser la misma de antes"
Luis Barra, psiquiatra del HCUA