Hospital incorpora técnicas para mejorar el apego en las cesáreas
Emular la transición del bebé desde el útero a los brazos de su madre, tal como en ocurre los nacimientos naturales, es lo que buscan los especialistas del principal recinto médico para el caso de los partos que incluyen cirugía.
Buscar el emular la transición habitual que tiene el bebé desde el útero al tierno abrazo de su madre en los partos por cesárea, es una de las técnicas que implementó el Hospital Regional de Antofagasta (HRA) para humanizar y generar mejores condiciones en este tipo de nacimientos.
La llamada cesárea con apego en túnel es esta técnica al que pueden optar las embarazadas que son atendidas en el principal recinto clínico de la Macrozona Norte.
Según explica la matrona de pabellón central, Nevenka Quiroz, luego de sacar al recién nacido desde el abdomen materno, el médico encargado de la cirugía pasa al bebé por debajo de sabanillas que simulan un túnel, tras el cual le espera el pecho y brazos de su madre.
Estas sabanillas son parte habitual de la llamada ropa quirúrgica con que cubren a los pacientes en las cirugías, piezas de tela estériles que protegen a la persona que es operada de posibles infecciones.
Procedimiento
Quiroz explica que este simple procedimiento persigue varios fines. Uno de ellos es que la transición del recién nacidos al mundo exterior sea menos brusca.
En un parto normal, ejemplifica la matrona, el bebé pasa gradualmente desde el útero al exterior, pasando primero por el canal de parto.
"El bebé está en un lugar obscuro, tranquilo y con una temperatura constante. En una cesárea normal el cambio es demasiado brusco y la utilización del túnel disminuye considerablemente este impacto", resalta Quiroz.
Esta técnica también considera que la permanencia del bebé en el pecho de su madre, luego de pasar por debajo del campo estéril, debe ser lo más extensa posible.
"Lo ideal es mantenerlo entre 15 y 30 minutos dependiendo de las condiciones del pabellón" detalla.
La cesárea con apego en túnel obliga además a retardar el pinzamiento o corte del cordón umbilical y así darle mayor tiempo a madre e hijo para disfrutar en su primer contacto.
Las dos prácticas mencionadas hasta ahora buscan potenciar el apego afectivo, el inicio temprano de la lactancia y mantener la temperatura del recién nacido en parámetros estables.
Otro fin es que la madre tenga una mayor participación en el proceso, que, en el caso de las cesáreas frente al parto natural, antiguamente se reducía en forma significativa.
Por último -destaca la matrona- el procedimiento estándar de este parto considera el acompañamiento de una persona significativa para la madre que dará a luz.
Todas estas medidas, enfatiza, buscan que esta sea una experiencia única, participativa, donde la madre se sienta considerada y segura, con un trato cercano por parte del personal de salud.