ALMA capta el nacimiento de galaxias del Universo primitivo
El radiotelescopio detectó gas caliente en uno cúmulo galáctico cuando el Universo apenas tenía 3 mil millones de años.
Nuevamente el radiotelescopio ALMA (Atacama Millimeter/Submillimeter Array), ubicado en el Llano de Chajnantor a más de cinco mil metros sobre el nivel del mar y en la Región de Antofagasta, es el protagonista de un descubrimiento sin precedentes de los secretos del Universo.
En esta oportunidad los equipos de ALMA estudiaron un cúmulo de galaxias en formación (protocúmulo) en el que se detectó la presencia de una reserva de gas caliente, el hallazgo más distante de este tipo hasta la fecha.
Pero primero se debe explicar qué son los cúmulos de galaxias. Pues, como su nombre lo indica se trata de una agrupación de galaxias que pueden ser miles. Por ejemplo, la nuestra, la Vía Láctea, se encuentra en el Súpercumulo de Virgo en donde se han descubierto más de dos mil de estas estructuras estelares.
Estos cúmulos galácticos a veces contienen un vasto "medio intracúmulo" (ICM por sus siglas en inglés) de gas que impregna el espacio existente entre las galaxias del cúmulo.
Este gas, de hecho, se extiende más allá de las propias galaxias y si bien gran parte de la física de los cúmulos es bien conocida, aún siguen siendo escasas las observaciones de las primeras fases de formación del ICM, señala el sitio web del Observatorio Europeo Austral (ESO), del cual ALMA es socio.
Anteriormente el ICM sólo había sido estudiado en cúmulos de galaxias cercanos (en términos astronómicos) y completamente formados. Sin embargo, un equipo de científicos dirigidos por el investigador de la Universidad de Trieste (Italia) quiso detectar el ICM en un protocúmulo (o sea, en nacimiento), pero de las primeras etapas del Universo.
Fue así entonces que utilizando ALMA detectaron la presencia de gas caliente en el Protocúmulo de la Teleraña, ubicado en una época en que el Universo tenía sólo tres mil millones de años de existencia (su vida es de 13 mil millones de años).
Hay que recordar que observar al espacio es mirar hacia el pasado, dado que las distancias son tan extremadamente gigantes que la luz de los objetos observados puede tardar miles o millones de años en viajar.
Es decir, si un objeto se encuentra a tres mil años luz significa que estamos observándolo cómo era hace tres mil años, porque eso es lo que tardó su luz en llegar hasta nuestros ojos.
Los cúmulos de galaxias son tan masivos que pueden reunir gas que se calienta a medida que cae hacia el cúmulo. "Las simulaciones cosmológicas han predicho la presencia de gas caliente en protocúmulos durante más de una década, pero faltaban confirmaciones observacionales", explica Elena Rasia, investigadora del Instituto Nacional Italiano de Astrofísica (INAF) en Trieste y coautora del estudio.
"La búsqueda de una confirmación observacional clave nos llevó a seleccionar cuidadosamente uno de los protocúmulos candidatos más prometedores", agregó.
A pesar de ser el protocúmulo más estudiado, antes la detección del ICM había sido infructuosa. Encontrar una gran reserva de gas caliente en el protocúmulo Telaraña indicaría que el sistema está camino de convertirse en un duradero y estable cúmulo de galaxias en lugar de dispersarse.
El equipo determinó que el Protocúmulo Telaraña contiene una vasta reserva de gas caliente a una temperatura de unas pocas decenas de millones de grados centígrados. Anteriormente, se había detectado gas frío en este protocúmulo, pero la masa del gas encontrado en este estudio lo supera miles de veces.