"Nos queda para rato (con el covid), yo creo que para un año más"
Luego de tres años en el cargo de seremi de Salud, Rossana Díaz renunció a su trabajo y la están perfilando en su sector para ir al parlamento, aunque ella dice que la decisión aún no está tomada. ¿Qué pudo ser mejor? La recepción de la gente, dice. "Mis funcionarios fueron muy maltratados, hasta golpeados".
La despedida de Rossana Díaz Corro en la Seremi de Salud de Antofagasta estaba apurada por el tiempo. Le ofrecieron una opción para postularse al parlamento y aunque dice que en este momento no tiene "nada decidido", estaba latente el plazo en el que las autoridades vigentes deben renunciar si quieren postular a un cargo de elección popular. "Había que tomar una decisión y eso se hizo", señala.
Díaz dejó la seremi, quedó Manuel Herrera como subrogante y le quedan unos días para tomar la otra decisión, si acepta o no ir de candidata. "Estoy dejando la región súper bien, con buena trazabilidad, baja incidencia, alta vacuna, entonces es el momento de ver los tiempos y ver hacia dónde me voy a dirigir".
-¿Pensó en renunciar antes?
-No, yo no podía renunciar. Como estaba la pandemia, el abandonar el buque cuando se está mal nunca lo pensé. No podía hacerlo, habría sido una deslealtad.
-¿Qué fue lo más difícil de esta pega?
-Tuvimos dos momentos complejos, en julio del año pasado con una alta mortalidad en Calama. Eso fue para mi muy duro, porque había que ver cómo lográbamos mejorar las cosas, y posteriormente la segunda ola que se dio en enero, viendo cómo mi equipo pudiera dar abasto con tanto caso. Teníamos un 82% de trazabilidad. Bajísimo, en un momento llegué a 54 con la APS y fue muy trágico y tuvimos que reformularnos. O nos reformulábamos o moríamos, así de simple. Realmente la vimos dura, trabajando de domingo a domingo, los turnos de noche, toda mi gente puesta en fronteras, en Aduanas, y había que manejarse en todo eso. Lo bueno es cuando uno tiene equipos que le cumplen, porque los chiquillos han sido muy aperrados.
-Y creció la cantidad de funcionarios.
-Yo partí como con 200, y terminé con 630 personas. Tengo las residencias, las aduanas, los trazadores, los territoriales, y además sigo con los programas típicos, como Ambiente, Salud Ocupacional, entonces es mucha la gente que deben manejar los programas. Paulatinamente estamos avanzando con los exámenes de prevencionistas, volvimos a hacer los exámenes de preparadores de calderas. O sea, todo lo que antes hacíamos ya lo estamos retomando.
-¿Tuvo su costo personal?
-Yo tengo dos hijas y ellas han sido mis apañadoras. Vivo con una de ellas, de esas que te esperan cuando llegas con un tecito, aunque sean las 11 de la noche, y que saben que sábado y domingo tampoco tienen a la mamá. Fue un año que era de domingo a domingo. No hubo tiempo para nada, así es la vida.
-Por la naturaleza de su cargo, ¿tenía todas las facultades para hacer algo más? Como cuando se preguntaba equis cosa pero se sabía que en Santiago se toman las decisiones.
-Lo que pasa es que para estos cargos tuve la suerte de ir de a poquitito, soy una funcionaria de carrera y llevo 34 años en salud pública. Yo partí como matrona de consultorio, fui directora de consultorio, directora de servicio, del Senama y después del Senadis, y después llegué a Seremi. Entonces me permitió tener las herramientas para poder hacer gestión y resolver problemas sin pedirle a Santiago. Los tres vacunatorios privados los gestioné yo sin que Santiago se metiera, tengo un edificio completo que conseguí por gestión para mis trazadores (el ex edificio del Serviu). Esas son gestiones de acá, no es que Santiago haya venido y conseguido estas cosas.
-¿Pero le habría gustado tener más facultades?
-No, porque la verdad es que uno tiene que ser ordenado. Y si tú no tienes un lineamiento del nivel central, no tienes bases jurídicas para afirmarte, y por eso está el problema. Cuando uno pertenece a un ministerio -soy funcionaria pública de toda la vida-, yo me guío por la normativa, y la normativa te da ese respaldo. Te permite trabajar más tranquila, no cometer errores, porque esas normas la hacen especialistas. La gente dice "ah, lo deciden de Santiago". ¿Sabes qué? Es bueno que Santiago te de la norma, te de hasta donde puedes llegar y hasta donde puedes estar porque de esa manera no te equivocas, y lo hace la seremi de aquí, de Iquique, de Aysén, y todos vamos en la misma línea. Y ningún chileno se ve afectado porque a alguno de nosotros se nos ocurrió tal cosa.
VIVIR EN MODO COVID
-¿Qué pudo haber sido mejor?
-Tuvimos muchos problemas en la recepción de la gente. Mis funcionarios fueron muy maltratados, insultados, hasta golpeados, yo tuve que poner una medida de protección para uno de ellos. Me hubiera gustado que la gente nos entendiera mejor. Y no estabamos haciendo nada malo por ellos, lo único que queríamos era cuidarlos. En un principio, no fueron entendidos y fuimos muy agredidos, costó mucho que la gente entendiera. Y a mi también, a veces nos tiraban fruta. Me hubiera gustado tener una comunidad más comprometida al principio. Ahora es diferente, tú vas a la calle ya todo el mundo los ves con mascarilla. Es raro el que no se pone mascarilla, pero al principio no fue fácil.
-¿Cree que vamos a salir luego de la pandemia?
-No, nos queda para rato. Yo creo que para un añito más. Vamos a seguir teniendo contactos, no creo que haya una tercera ola porque ya tenemos la vacuna, pero sin embargo vamos a seguir con gente contagiándose. Probablemente algunas personas van a seguir muriendo porque hay sectores en que no hay caso con el distanciamiento, la gente no entiende y hacen fiesta, o se van todos a la feria de las pulgas, y lógicamente cuando tú vas a lugares con gran congregación de gente, aumenta tu posibilidad de enfermarte. Si tienes enfermedades crónicas preexistentes, la posibilidad de morir también aumenta, aunque estés vacunado. Entonces la vacuna es parte del cuidado que tenemos que tener,. Los estudios lo dicen, que tenemos por lo menos un año más en compañía del covid y tenemos que aprender a vivir en un modo covid y aprender a respetarlo, con medidas de autocuidado.
-¿Qué recomendación le daría usted a quien vayan a nominar en su cargo?
-Que se prepare, para seguir trabajando hasta los días sábado. Este es un trabajo 24/7 y es un trabajo que hay que hacerlo con un corazón súper grande y con mucho amor por la salud pública porque o si no, no lo van a poder disfrutar ni van a poder llegar felices a su casa todas las noches.
630 personas trabajan para la seremi de Salud a la fecha. En 2018 eran 200 los funcionarios.