Natividad Espinoza R.

Los estudios que se han hecho durante los últimos meses para conocer en detalle la naturaleza del SARS-CoV-2 son numerosos y uno de los más recientes involucra al corazón, uno de los órganos de los que poco se sabía sobre su relación con el virus. Esto, pese a que varios pacientes covid positivos tienden a presentar síntomas cardíacos.

Científicos del Cedars Sinai Medical Center (EE.UU.) descubrieron que el virus del Covid-19 tiene la capacidad de infectar las células del corazón, al menos en una placa de laboratorio. El hallazgo, publicado esta semana en la revista Cell Reports Medicine, se realizó mediante la utilización de células del músculo cardíaco producidas por una tecnología basada en células madre.

Uno de los autores del estudio, el investigador Arun Sharma, sostuvo que "no sólo descubrimos que estas células cardíacas son susceptibles a la infección por el nuevo coronavirus, sino que el virus también puede dividirse rápidamente dentro de las células del músculo cardíaco". Es más, añadió que "las células cardíacas infectadas mostraron cambios en su capacidad de latir después de 72 horas de infección".

Asimismo, el estudio mostró que las células infectadas cambian su perfil de expresión genética, lo que confirma que éstas pueden infectarse activamente y activar sus "mecanismos de defensa" en un esfuerzo por eliminar el coronavirus.

"Esta pandemia viral se define predominantemente por síntomas respiratorios, pero también hay complicaciones cardíacas, que incluyen arritmias, insuficiencia cardíaca y miocarditis viral", dijo Clive Svendsen, director del Instituto de Medicina Regenerativa y profesor de Ciencias y Medicina Biomédica. "Si bien esto podría ser el resultado de una inflamación masiva en respuesta al virus, nuestros datos sugieren que el corazón podría verse directamente afectado por el Covid-19", explicó.

Por otra parte, los investigadores descubrieron que el tratamiento con un anticuerpo ACE2 fue capaz de mitigar la replicación viral en las células cardíacas derivadas de células madre, lo que sugiere que el SARS-CoV-2 podría usar el receptor ACE2 para ingresar a las células del corazón.

Ahora se habla de legumbres

Durante las últimas semanas nos enteramos que hay un quiebre de stock de legumbres en el país. Es decir, que cuesta encontrarlas y que su precio ha subido. Para enmendar este problema el Gobierno anunció recientemente la importación de 240 millones de toneladas de legumbres, lo que mejoraría el stock de aquí hasta -al menos- fines de este mes. La verdad es que resulta curioso consignar este problema de escasez de legumbres en Chile cuando en este mismo espacio hace algunos años atrás comentamos que el consumo de este producto venía en una franca caída y que en contraparte nuestro consumo de carne no paraba de aumentar. ¿Qué pasó? A consecuencia del Covid-19 y todas sus derivadas (confinamiento obligatorio, pérdida de fuentes laborales, etc.) los chilenos tienen menos plata en el bolsillo -o en sus tarjetas de crédito- a la hora de comprar alimentos. Entonces, sale la carne y vuelven en gloria y majestad las legumbres. Además, la masiva compra de este tipo de productos por parte del Estado para armar las cajas de alimentos que se están repartiendo -y que contienen legumbres- colabora fuertemente al llamado quiebre de stock. ¿La importación de legumbres se debe a que ya consumimos todas las que teníamos en el país y hay que esperar la próxima cosecha? No, porque hace rato que la mayoría de los porotos, garbanzos y lentejas que comemos en Chile son importados. Dato curioso para un país que suele calificarse como "potencia agroalimentaria". Más allá de todo esto, si tiene a mano lentejas, aproveche de prepararlas como en la receta que se lee a continuación.

por álvaro peralta / @dontinto

Ingredientes

(Para cuatro personas)

- 300 gr de lentejas

- 1 cebolla

- 1 pimiento rojo

- 3 dientes de ajo

- 2 zanahorias

- 1 vara de apio

- 1 puerro

- 2 hojas de laurel

- 1 taza de vino blanco

- sal, pimienta, pimentón dulce, perejil y aceite de oliva

Remojar las lentejas en agua fría por dos horas. Después, picar en cubos lo más pequeños posible la cebolla, el pimiento (sacarle semillas y nervaduras), las zanahorias, el apio y el puerro. En una olla calentar suficiente aceite de oliva para poner a rehogar todas esas verduras hasta que comiencen apenas a dorarse. En ese momento agregar un poco de sal y pimienta más los dientes de ajo picados bien finos y las hojas de laurel. Seguir revolviendo hasta que todo esté bien dorado pero sin llegar a quemarse. Entonces, agregar una pizca de pimentón dulce y el vino blanco.

Revolver y raspar bien el fondo de la olla con una cuchara de palo para levantar todo el sabor que hay ahí. Agregar las lentejas que se estaban remojando (previamente enjuagadas) y ponerles agua fría hasta que queden totalmente cubiertas. Tapar la olla y dejar a fuego fuerte hasta que hiervan. A continuación, bajar al mínimo y cocinar por unos 40 minutos o hasta que las lentejas estén tiernas y las verduras prácticamente desparezcan en el caldo. Por último, destapar la olla y subir el fuego por unos minutos para que espesen un poco. Apagar el fuego, rectificar de sal si fuese necesario y servir inmediatamente con un poco de perejil recién picado encima.