Vecino le ganó al virus: 'Me habían dado sólo 24 horas... nací de nuevo'
Juan Zepeda cuenta que estuvo 10 días con ventilación. De dedicar su vida a la actividad física hoy prácticamente tiene que volver a aprender a caminar. Esta es la historia de su recuperación.
Juan (54) aún se emociona cuando tiene que recordar la dramática situación que vivió. Y es que el haberse contagiado de Covid-19, encontrarse en estado crítico y recuperarse es algo que marcará su vida para siempre. Por eso, de entrada, dice que siente rabia por quienes aún "no le toman el peso a esto... Andan sin mascarilla en las calles y es terrible, no tienen conciencia... No tienen que pensar que a uno no le puede pasar".
Juan comienza su relato recalcando que días después de su conocer su diagnóstico estuvo intubado y conectado a ventilación mecánica en la Clínica La Portada y al momento de recordar eso, específica que antes de todo lo vivido, siempre estuvo dedicado a una vida sana con dieta saludable, una rutina de ejercicios y de levantar pesas: "y ahora perdí casi 20 kilos, pero gracias a eso del ejercicio creo que me salvé. Yo tenía pensado que esto le da a la gente de 65 años para arriba pero no es así, le da a cualquier persona y si te pilla...ahí quedaste".
De pasar del levantamiento de pesas, Juan afirma que ahora se traslada con un burrito por los efectos de esa batalla contra el virus... "se pierden los músculos, se pierde todo. Estoy aprendiendo a caminar de nuevo, empezar de a poco, recién estoy subiendo los escalones y llevo como tres en la escalera de la casa".
Todo comenzó en marzo pasado, a inicios de la pandemia y cuando recién las autoridades clamaban por cuarentena en Antofagasta.
Según cuenta el trabajador, en ese mes apareció la tos, por lo que la primera visita fue a un broncopulmonar, quien le recomendó inhaladores y corticoides, pero también se contagió su esposa (49) y su hijo (26), mientras que no se le pasaba el malestar.
Una nueva visita al médico arrojó faringitis para ella y el joven, mientras que Juan fue diagnosticado con bronquitis, pero no había mejoría. El viernes 10 de abril, sin embargo, otra vez cayó en la clínica y en esa ocasión insistió que le aplicaran el examen PCR, pese a que no tenía los otros síntomas característicos: fiebre o dolor de cabeza (cuyo resultado, afirma, llegó 10 días después).
El domingo en la noche comenzaron las complicaciones respiratorias mientras dormía y el lunes 13 nuevamente tras una última visita llegó la confirmación a través de un análisis de sangre, pese a que los especialistas ya daban por hecho su contagio por Coronavirus. En la tarde quedó hospitalizado y el 19 de abril, a las tres de la mañana su estado crítico lo llevó a ser intubado y con ventilación mecánica durante los próximos 10 días.
"Cuando el doctor me avisó que me iban a intubar, yo le pedí en un ratito personal para mí solo, para despedirme de mi familia y a Dios que me ayudara. Me cayeron mis lágrimas y el doctor me dio la mano… Yo prácticamente fallecí ese día", afirma aún con dificultad por los efectos de la ventilación mecánica.
Afortunadamente su familia tuvo más suerte, ya que si bien afirma que resultaron con diagnostico positivo por Covid-19, vivieron la cuarentena en la casa.
Gracias al trabajo del equipo médico, con el correr de los días los esfuerzos se hicieron incansables para su recuperación tras salir del riesgo vital.
Finalmente, el 10 de mayo fue el momento en que pudo decir adiós al recinto médico para así rehacer su vida…un "renacimiento", como él prefiere llamarlo.
"Haciendo memoria es difícil saber cómo me contagié porque siempre hemos tenido seriedad en el tema, siempre con mascarilla salíamos a comprar, con el lavado de manos y eso y aun así me contagié…", señala.
"Cuando llegué a mi casa fue… ¡Ay, una felicidad...! Yo aún estoy sensible, todavía lloro por lo terrible que fue tanto para mí, como para ellos…. Le dijeron a mi señora que me habían dado sólo 24 horas de vida, pero nací de nuevo… estamos todos juntos tirando para arriba", reflexiona y es entonces cuando lanza un mensaje a la comunidad al autocuidado:
"No esperen que les pasen las cosas, y crean. Así como yo no creía en este cuento, me pasó. Hay que tener conciencia y darse cuenta de que es una enfermedad que les da a todas las personas y hagan caso, no salgan. A lo mejor otras personas no tienen la suerte que yo tuve porque pude atenderme en una clínica y a mí me pasó justo al comienzo de la pandemia. Entonces, gracias a Dios había camas en la UCI, ventilador y a lo mejor lo hicieron con calma, no con tanta gente. Gracias a Dios tuve la condición mi estado físico. No esperen que les pase algo para darse cuenta recién de la gravedad de este asunto".
Juan Zepeda quiso terminar esta historia destacando su enorme agradecimiento a todo el equipo médico de la clínica La Portada, especialmente a los doctores Juan Polanco y Francisco Salvador.