Foto denuncia: Destrozos
Este respaldo de la banca que hay por calle 21 de Mayo esquina Aníbal Pinto, lleva un tiempo en esta situación, lo cual resulta muy peligroso en especial para los niños.
Este respaldo de la banca que hay por calle 21 de Mayo esquina Aníbal Pinto, lleva un tiempo en esta situación, lo cual resulta muy peligroso en especial para los niños.
Todos esperamos aquella ansiada fecha cada fin de año, en que todo se ve más hermoso y los buenos sentimientos nos inundan. Pero saben, la verdadera Navidad es la que se lleva dentro de nuestras almas y corazones, porque ya casi se ha perdido la mística.
De estos días, todos ansiosos por recibir los regalos, ese regalo prometido, pero la verdad es que mucha gente no dispone de los medios tanto económicos como crediticios para acceder a ellos.
La verdadera Navidad es mucho más que eso, es compartir con tus seres queridos, dar un gesto tan noble como el perdonar o el que te dicte tu corazón.
En estas fechas hay muchas familias que tal vez estén distanciadas o enojadas por cualquier motivo o privadas de libertad, y ésta es la fecha precisa para enmendar los errores, es el nacimiento de Dios en que todos nosotros nos volvemos mejores personas.
También es una fecha en que recordamos a aquellas personas que ya no están con nosotros y nos induce a la pena y a la melancolía.
Pero la vida sigue y hay que vivirla, pero siempre las llevamos en nuestros sentimientos.
La verdadera Navidad es compartir, vivir un momento agradable, dar gracias por estar vivos y con salud y lo más importante desear cosas buenas para ustedes y sus familias, así que Feliz Navidad.
David Aguirre Yao
Los tocopillanos nuevamente hemos vuelto a escuchar una hermosa banda sonora al atardecer: el graznido de garumas. Tal como en antaño, una vez que el sol se vislumbra en el horizonte crepuscular, cuando desaparecen los arreboles, desde el mar una móvil mancha negra graznada se dirige a refugiar en los cerros.
La garuma contemporánea manifiesta su resistencia vital ante la contaminación termoeléctrica y la pesca industrial. No obstante, la garuma también sucumbió en antaño por el daño de los tocopillanos que subieron a los cerros a recolectar sus huevos: armaban su botín, su trofeo de la expedición para luego ofrecerlos raudamente al mejor postor.
Neruda escribió en su Canto General: "Alta sobre Tocopilla está la pampa nitrosa. Allí, la garuma de los mares hizo su nido (…) llegaron en el alba, con garrotes y con cestos, robaron el tesoro, apalearon las aves, derrotaron nido a nido la nave de las plumas, sopesaron los huevos y aplastaron aquellos que tenían criatura".