Yasna Meneses
Yasna Meneses González, músico intérprete en violoncello y profesora de música, es una mujer inquieta que busca ir más allá.
Por esta razón, a lo largo de su vida profesional, aceptó desafíos que iban por sobre lo que pudiera manejar. La verdad no fue fácil, confesó, ya que "a veces me daba cuenta que me había metido en cosas complicadas, pero me las arreglaba para poder lograr el objetivo".
Comenzó integrando la Orquesta Sinfónica a los 17 años y desde ahí tuvo una permanencia de 25 años en la agrupación, llegando a ser ayudante de concertino de la fila de violonchellos.
En forma paralela, siguió tomando clases y logró titularse en el Instituto Superior Escuela Moderna de Música en Santiago. A través de la Corporación Cultural, realizó una regularización de título para ser profesora de música en la Universidad Metropolitana.
Todo esto ya siendo esposa y madre de dos niños pequeños. "Sin duda, tuve mucho apoyo de mi marido y familia para poder sacar adelante esta segunda profesión", comentó.
Ha trabajado en diferentes instituciones de la educación como colegios y universidades. En algunos establecimientos inició programas de enseñanza instrumental como el Stratford College y trabajó con otros ya instalados en el LEA, Universidad del Mar y Delta de la UCN.
Asimismo, esta profesora fue parte de un proyecto del colegio Raíces ("lo que fue una experiencia muy enriquecedora"), además de participar en iniciativas de desarrollo de la música en Antofagasta e Iquique con agrupaciones de diversa formación.
Honestidad
También destaca como músico de refuerzo en orquestas de otras regiones, acompañando artistas connotados a nivel nacional e internacional.
"A lo largo de mi experiencia me he dado cuenta de que hay tres aspectos que son esenciales en la relación que debe tener un líder para lograr superar los desafíos. Estos son honestidad para obtener la confianza del equipo, disciplina para llegar al objetivo y respeto de la experiencia y conocimiento de tu equipo de trabajo", comentó Yasna Meneses.
Agregó que "no es fácil superar desafíos cuando no están las condiciones y menos cuando no hay comprensión y conocimiento desde el ámbito ejecutivo, pero creo que sólo se necesita fuerza, porfía, entusiasmo, capacidad de transformación para buscar otras maneras de realizar las cosas si no existen los medios".
Destacó "el haber conocido a muchos maestros que marcaron mi camino en el estudio instrumental y a quienes les debo mi formación y criterio profesional".
Son tantas las vivencias y la sabiduría que ellos le compartieron que es difícil describir alguna anécdota, pero puede mencionar a personas valiosas, que ya no está en este mundo, pero fueron parte de su formación como José de Lussi (su primer maestro de violoncello), Mircea Ticu (su último maestro), Guillermo Rifo (compositor), María Kliegel (violoncellista), Anika Petrocci (profesora de método Suzuki), entre muchos otros que influenciaron sus valores y vida profesional.
Agregó que "es necesario tener amor por la actividad (música), ya que debemos desarrollar nuestra profesión con pasión y entrega con el propósito de mejorar nuestra sociedad".
Cecilia Meléndez
Cecilia Meléndez Retamales es nacida y criada en Antofagasta. Sus abuelos trabajaron en la salitrera Pedro de Valdivia y sus padres son constructores civiles de la UCN.
Siempre le gustó mucho leer, las matemáticas y la física. No contaba con mucha información respecto al desarrollo de carrera de la oferta educativa, así que, como muchos jóvenes estuvo bien dividida en su decisión de estudiar en la universidad.
"Finalmente, entré a ingeniería civil industrial en la UCN. Egresé con 24 años y pasé un corto período por minera Escondida y Cementos Bío Bío, donde me desempeñé como ingeniero de proyecto en el área de construcción de la planta de cal y en una planta de molienda de carbón".
Su trayectoria profesional comenzó en metalmecánica, trabajando en la fabricación de tolvas y reparación de baldes para Conymet-Duratray, donde estuvo siete años y llegó a ser gerente de inversiones.
Como jefe de división, tuvo a cargo más de 100 trabajadores entre plegadores, torneros, caldereros, soldadores, gente de obra, transporte, entre otros. Una industria bien dura, donde ella era la mujer de acero. Sin embargo, fue un camino bien ascendente con mucha responsabilidad y una gran escuela.
Actualmente es gerenta de Impulsa 4.0, proyecto asociativo y movilizador social de la Alianza CCM-Eleva y la Corporación Clúster Minero de Antofagasta, que busca fortalecer las capacidades y pertinencia formativo-laboral de la educación técnica.
Evolución
Desde su profesión, ha podido aportar como agente de cambio, promoviendo equidad de oportunidades en la formación de jóvenes y trabajadores del sector minero, para prepararlos ante los desafíos de una industria en permanente evolución.
"Los desafíos han sido diversos, conforme avanza el tiempo. Hay que señalar que los cambios en temas de equidad de género han avanzado muy rápido en Chile y en particular en Antofagasta traccionado por la minería. Cuando yo comencé a trabajar por el 2005, en minería la participación femenina era de un 4%. No estaba instaurado el concepto de sororidad entre mujeres y era difícil hacer carrera en los ámbitos masculinizados por ejemplo en proyectos como ingeniera y en empresas proveedoras de la minería", comentó.
Cecilia Meléndez añadió: "Hoy por hoy, los desafíos son otros, por ejemplo, los micro machismos, los sesgos inconscientes de hombres y mujeres. La falta de mujeres en cargos de liderazgo y de toma de decisión en la academia, en empresas y gremios, y en las altas cúpulas políticas. La mayor corresponsabilidad en la crianza de hijos y cuidados, son brechas que deben ser abordadas para lograr la mayor inclusión de género".
Además, recalcó que "creo que el liderazgo femenino, en general, es diferente. No quiero decir que es mejor o peor, pero sí es claro que no se gobierna por los egos y somos felices cuando se logran metas colectivas. Tenemos la capacidad de liderar e inspirar y también de 'tirar la carreta'. Así como, la capacidad de ser líder y seguidor, y la resiliencia de convertirnos, de transformarnos, de volver a empezar".
"Yo diría un liderazgo generoso, que identifica el talento en sus trabajadores, los desafía y alienta, Un liderazgo sistémico y empático que observa a las personas desde sus diferentes ámbitos como un todo", acotó.