¿Cómo elegir la mochila y el calzado adecuado para el colegio?
Tres expertos señalan que ambos elementos deben ser escogidos no sólo por su practicidad o estética, sino también porque cumplen con ciertos estándares que brindan comodidad y el menor impacto negativo en el cuerpo de los niños.
Ignacio Arriagada M.
Amenos de dos semanas de que inicie oficialmente el año escolar en el país, son miles los padres que emprenden la búsqueda de los útiles y uniformes para sus hijos. Y, justamente, uno de los que más toma tiempo es el calzado, puesto que no tan sólo es esencial para la comodidad durante la jornada de clases, sino también para la salud y desarrollo físico de los niños y adolescentes.
"En el corto plazo, un zapato inadecuado puede provocar problemas en los pies, como úlceras, heridas y ampollas, y a largo plazo, puede generar alteraciones a nivel superior, como hiperlordosis lumbar y cervical y cifosis. Esto conllevaría a dolor de espalda, cansancio, sensación de contractura e incluso cefalea, por la tensión en la estructura muscular y nerviosa", advierte a este medio Pía Vallejos, kinesióloga de la Universidad de Valparaíso (UV).
Para evitar estas patologías, el Dr. Cristián Ortiz, traumatólogo del Centro de Tobillo y Pie de la Clínica Universidad de Los Andes, sugiere que los papás deben fijarse en que el zapato "tenga un buen calce, estén elaborados con productos de buena calidad y protejan los pies para evitar lesiones".
El especialista compartió con este medio algunas recomendaciones para adquirir el zapato idóneo.
-Que tenga un calce perfecto y ser lo más cómodo posible. El calzado holgado, con un largo y ancho correctos permite desplazarse con facilidad.
-El material del zapato debe ser uno que se adapte a los cambios de humedad y volumen del pie. Puede ser de cuero o algún material sintético con estas características, como el que se utiliza en las zapatillas para trotar y correr.
-Las costuras deben ser resistentes y suaves para que no produzcan heridas en la piel. Preferir materiales que eviten irritación y otros inconvenientes.
-La planta del zapato debe permitir libertad en los movimientos, además de amortiguación y flexibilidad. Lo ideal es que tenga materiales flexibles, livianos y, por supuesto, antideslizantes para evitar caídas.
-El calzado se debe adaptar a la forma del pie y no viceversa.
Mochilas
Al igual que los zapatos, uno de los elementos indispensables de los alumnos son las mochilas, ya que representan una forma cómoda y práctica de llevar los materiales, como libros, cuadernos, estuches y carpetas.
Debido a que una mochila es cargada en la espalda, una que no cumpla con los estándares necesario "va a generar que los músculos y estructura del tronco de los niños estén mucho tiempo sobrecargados y eso puede provocarles dolor y contractura en espalda, cuello y hombros. También puede generarles lesiones", dice la kinesióloga Pía Vallejos.
Por eso es trascendental, según Jorge Garrido, traumatólogo del Centro de Columna de la Clínica Universidad de Los Andes, elegir un modelo adecuado que sea, principalmente, acorde al peso y estatura del niño, y que considere los siguientes características:
-Que la mochila quede por encima de la cintura (no más abajo de 10 cm), apoyada en la zona lumbar.
-Que tenga tirantes anchos y acolchados para no producir dolor en los hombros. Además, deben ser ajustables para que queden pegados a la espalda, manteniendo cierto espacio.
-Que cuenta con una correa a la altura del pecho y otra en la cintura, para distribuir mejor el peso.
-Si se opta por usar mochilas con ruedas, estas deben ser empujadas hacia delante, no con el brazo para atrás, ya que esta postura puede lesionar el hombro. Además, también pueden usarse con tirantes en la espalda, por ejemplo, al subir y bajar escaleras.
Otro aspecto que debe ser considerado tras adquirir la mochila es que los padres se aseguren que sus hijos respeten la condición del 15%. "La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el peso de las mochilas en niños y adolescentes no debe ser mayor al 15% del peso corporal. Por ejemplo, si un menor pesa 30 kilos, no debe cargar con más de 4,5 kilos", indica Vallejos.
Para que esta recomendación de la OMS sea cumplida, el traumatólogo Garrido aconseja a los apoderados "a que se fijen en que no sea una lucha para el menor el ponerse la mochila, enseñarles a empacar lo estrictamente necesario y nunca ignorar si el hijo refiere dolor de espada".
Ante cualquier signo o manifestación de malestar, el experto sugiere acudir a un especialista.
"La OMS sugiere que el peso de las mochilas que carguen niños y adolescentes no supere el 15% de su peso corporal".
Pía Vallejos, Kinesióloga