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Cómo evitar que los niños sientan insatisfacción con sus cuerpos

Según estudios, hoy comienzan a manifestar a los 7 años problemas con su imagen corporal. Esto, alertan, puede influir en el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. Dos psicólogas entregan consejos para prevenirlo.
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Ignacio Silva

Verónica recuerda que la primera señal llegó a los 12 años. Por ese entonces su hija demostraba algunos cambios notorios en su conducta y personalidad, algo que como madre atribuyó a las variaciones propias de su edad.

Pero su percepción cambió de golpe cuando su hija hizo un comentario en el momento en que se miraba al espejo.

"Fue un reclamo por su contextura. Nunca le había escuchado algo así, siempre pensé que era feliz como era. Y me sorprendí, pero por sobre todo me preocupé", relata la madre.

El comentario encendió las alarmas y Verónica decidió consultar a una especialista. Fue ella quien le dijo que su situación era parte de toda una tendencia de niños que cada vez a más corta edad comenzaban a manifestar insatisfacción con su imagen corporal.

"Desde la investigación y la experiencia clínica, se está viendo que cada vez a más temprana edad están presentando insatisfacción con su imagen corporal. Los niños ya alos 7 años tienen ganas de cambiar alguna parte de su cuerpo", apunta Marcela Gallegos, psicóloga de la Clínica Las Condes, especialista en trastornos de la conducta alimentaria, obesidad y Mindful Eating.

Según la profesional, esta situación se debe en gran parte a "la cultura de dietas y delgadez en la que vivimos", lo que se refiere al sistema de creencias que adora la delgadez y la equipara con salud y aceptación, y por otro lado se juzga y discrimina a los cuerpos de mayor talla.

"Entonces se crean dicotomías: por un lado se idealiza el cuerpo delgado como algo bueno, y por otro lado se devalúa el cuerpo gordo como algo malo. Lo mismo con la comida. Se etiqueta la comida como saludable o como comida chatarra. En ese contexto los niños están creciendo, están creciendo en una sociedad donde existe un boom de estereotipos pro delgadez que comienzan desde que somos muy chicos y se intensifica con las redes sociales, la publicidad y la televisión, e incluso con comentarios que se hacen en sus propios entornos familiares", explica Gallegos.

Teresita Cornejo, psicóloga de Medismart.live, coincide con ese diagnóstico y comenta que estas inseguridades comienzan cada vez a menor edad por un conjunto de variables.

"Hay que considerar que en la actualidad la mayoría de los niños tiene acceso ilimitado a internet, poca interacción con el medioambiente, desarrollando una vida sedentaria, encerrados en sus casas, con poco contacto social de manera presencial", describe.

La especialista comenta que a raíz de estos pensamientos se pueden desarrollar "pensamientos distorsionados afectando su autoestima, autoimagen, autoconcepto, y construcción identitaria".

"Estas ideas traen la consecuencia de pensar que tengo que cambiar algo de mi cuerpo, algo de mi apariencia, para encajar en este estándar o ser aceptado, no ser objeto de burla y de crítica, y eso puede llevar a conductas alimentarias de riesgo como hacer dietas extremas. Y ese es el principal desencadenante de un trastorno alimentario", agrega Marcela Gallegos, haciendo referencia al grupo de trastornos que incluye diagnósticos como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón.

Prevenir

Según Marcela Gallegos, es importante consultar con un especialista apenas se vean los primeros signos de advertencia, tal como hizo Verónica.

"Así podemos precozmente psicoeducar y apoyar a la persona que los sufre y su entorno. No hay que esperar a tener el diagnóstico", comenta la especialista y luego enumera una serie de señales como miedo a engordar, una preocupación desmedida por el peso, la culpa después de las comidas, fluctuaciones en el peso y aislamiento.

Pero, dice, también es posible prevenir. "Para esto es importante fomentar una buena relación con la comida y el cuerpo. En relación a la comida, hay que centrarnos en comportamientos saludables en lugar de un enfoque solamente peso-centrista. Y en relación al cuerpo, hay que fomentar la aceptación y la diversidad corporal. Esto tiene que ver con educar en relación al respeto hacia el propio cuerpo y al cuerpo de los demás", detalla la psicóloga.

"La invitación es a desarrollar prácticas constructivas que aporten a un desarrollo saludable del niño", complementa Teresita Cornejo. "Estas deben incluir hábitos un consumo balanceado de alimentos, deporte, conversar acerca de la temática con sus cuidadores, padres, personas significativas haciendo hincapié acerca del cuidado corporal, y aceptación personal, entendiendo cómo se valora el niño".

"Están creciendo en una sociedad con un boom de estereotipos pro delgadez que parten desde que somos muy chicos.

Marcela Gallardo, Psicóloga Clínica Las Condes