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Esta cámara hipobárica permite simular las condiciones de cinco mil metros sobre el nivel del mar

Con un costo de 400 millones de pesos de inversión, el Centro de Investigación Fisiología y Medicina en Altura (Fimedalt) de la Universidad de Antofagasta adquirió este dispositivo, el cual permitirá estudiar el comportamiento humano en altitud.
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Ricardo Muñoz E/Redacción

El Centro de Investigación en Fisiología y Medicina en Altura (Fimedalt) de la Universidad de Antofagasta (UA) incorporó recientemente una cámara de hipoxia-hipobárica, la cual puede similar las condiciones que el cuerpo humano podría experimentar a una altitud geográfica de cinco mil metros sobre el nivel del mar, pero en un ambiente controlado en el Campus Coloso.

La utilización de esta cámara permitirá realizar estudios para -por ejemplo- aplicarlos en el rubro de la minería, el cual se caracteriza por el trabajo en altura. Además, generará modelos preclínicos, con lo cual se podrían desarrollar nuevos protocolos para la aclimatización humana a gran altitud.

La cámara tiene capacidad para ocho personas sentadas y se asemeja a un contenedor de siete metros de largo por dos de ancho, dotado de una bomba de vacío que reduce la presión atmosférica en su interior, lo cual simula el ambiente a gran altitud.

Además, cuenta con sistema de inyección de oxígeno puro para sus ocupantes en caso de presentarse mal agudo de montaña, sistema de calefacción, dispositivos de monitoreo, comunicación exterior y dos válvulas de represurización.

Además, dispone de una antecámara que, frente a la necesidad de evacuar a alguno de sus ocupantes, permite igualar la presión interna de ambas cápsulas para realizar una extracción segura, sin afectar a los otros ocupantes del equipo. Todo ello alcanzó una inversión de 400 millones de pesos, proyecto generado a través de una estrategia entre la UA y Minera Escondida.

Al respecto, el investigador de Fimedalt y doctor en ciencias Fisiológicas, David Andrade, explicó que el equipo cuenta con varias particularidades que lo hacen único en Chile y especialmente adecuado para realizar todo tipo de estudios en el área de la fisiología.

"Las cámaras que se pueden encontrar en algunas clínicas de Santiago son de hipoxia normobárica, es decir, lo que hacen es inyectar nitrógeno, pero no hacen un cambio atmosférico. Nosotros en cambio tenemos la capacidad de generar un cambio en la atmósfera al interior de la cámara y, por lo tanto, saber si el cambio en la presencia de oxígeno, sumado al cambio en la atmósfera, tiene efectos en la fisiología humana", explicó el científico.

La cámara fue fabricada a pedido de la UA y es capaz de ir de nivel del mar a cinco mil metros de altura en apenas 20 minutos, aunque este lapso es sólo referencial, pues lo recomendable en este tipo de estudios son los cambios a velocidades moderadas.

"Esta cámara nos permitirá responder varias interrogantes respecto a la adaptación del ser humano al trabajo en altura. Hoy, por ejemplo, no sabemos cuál es la velocidad óptima de ascenso, lo que es importante en el mundo del deporte, del turismo o en la minería. También podremos estudiar la aclimatación a la altura y anticipar qué tan mal se va a sentir una persona en la altura a través de estudios preclínicos", afirmó el doctor Andrade.

La asistente de investigación de Fimedalt, magíster Camila Salazar Ardiles, dijo que la cámara además abre la puerta a estudios en el área de la biología molecular, por ejemplo, para determinar las expresiones de los genes que están participando en la respuesta a la gran altitud.

"Hay personas que responden bien y otras que lo hacen mal, y con esta cámara podemos estudiar si hay expresión o sobreexpresión de algunos genes, cuáles son los genes que están participando y cómo podemos después apagarlos o encenderlos, mediante diferentes estrategias", señaló.