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Desde depresión a riesgo cardiovascular: los graves efectos de la exposición a ruidos molestos

Especialistas de la Universidad de Antofagasta advierten por contaminación acústica en barrios residenciales, afectando más severamente a niños en edades tempranas, personas con TEA y adultos mayores.
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Ricardo Muñoz E./Redacción

La contaminación acústica, ruidos molestos producidos por calles altamente transitadas, construcciones, estadios de fútbol o locales nocturnos, pueden ocasionar complicaciones serias para la salud, sobre todo en adultos mayores o niños de edad temprana, teniendo en cuenta que estas fuentes de sonidos altos y molestos generalmente se ubican en sectores residenciales.

Durante el último tiempo vecinos de, principalmente los sectores centro y sur de Antofagasta, han denunciado sufrir los efectos de los ruidos intensos, impidiendo el adecuado descanso familiar.

Pero ¿cuáles son esos efectos perjudiciales para la salud que podría ocasionar estar expuestos a constantes ruidos molestos? Un equipo de científicos de la Universidad de Antofagasta (UA) investigó el problema.

Según los especialistas esta exposición a ruido intenso o contaminación acústica puede tener consecuencias tanto a nivel psicológico como físico, empeorando si las condiciones se prolongan en el tiempo.

Así lo explica la académica de la carrera de Psicología de la UA, la psicóloga Carolyn Saravia, quien afirma que estar expuestos a ruido intenso puede ocasionar molestias, angustia, sensación de desagrado, irritabilidad, ansiedad, agresividad, pérdida de concentración, disminución de la efectividad en el trabajo, abulia y trastornos del sueño, todo lo cual inevitablemente llevará a un estado de alerta, ansiedad y estrés.

"De igual manera, al estar afectados psicológicamente por los ruidos, veremos reducido nuestro bienestar y, por consiguiente, habrá deterioro de las relaciones sociales y el rendimiento cognitivo, a lo que se suma el riesgo de sufrir condiciones médicas y/o psicológicas como insomnio, depresiones, desórdenes psíquicos, obesidad, accidentes", aclara la especialista.

Efectos Nocivos

Saravia agrega que la falta de descanso relacionada con el ruido o simplemente el ruido mismo también puede agravar enfermedades mentales preexistentes o peor aún, generar nuevas:

"Las patologías o trastornos mentales son de diferentes tipos, por ejemplo, están los trastornos del neurodesarrollo (Trastorno Espectro Autista, Trastorno por Déficit Atencional, entre otros), esquizofrenia, Trastorno Bipolar, trastornos depresivos, trastornos de ansiedad (ansiedad generalizada, crisis de pánico, fobias, Trastorno de a Ansiedad Social), trastornos obsesivos compulsivos, trastornos relacionados con traumas y factores de estrés, trastornos de síntomas somáticos, alimentarios, del sueño, de personalidad, y muchos más. Todos estos pueden aumentar en una persona al no tener descanso. Esto quiere decir que nuestro estado mental puede verse afectado por la falta de descanso o por ruidos, ya que estos últimos alterarán nuestro equilibrio emocional, psicológico y mental, aumentando los síntomas de la patología o incluso llevando a una persona a iniciar una".

Grupos de riesgo

Si bien toda la comunidad en general puede ser afectada por estos efectos acústicos, los estudios indican que el grupo más vulnerable corresponde al de los adultos mayores, pero también a los niños de edades más tempranas.

No obstante, un tercer grupo que también podría padecer las consecuencias de este problema es el correspondiente a personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que presenten hiperacusia (hipersensibilidad auditiva, causando intolerancia a los sonidos cotidianos).

"El TEA es una afección neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta a una persona en cómo se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende. Ahora, las personas TEA suelen tener hipersensibilidad auditiva. Por este motivo los ruidos les afectan más que a cualquier otra, y reaccionan desde la angustia, miedo, llantos, desesperación, huida, ansiedad o taparse los oídos", señala.

En tanto, el doctor en Fisiología y académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UA, David Andrade, explica que dentro de las principales consecuencias de los ruidos, están justamente los problemas para dormir, porque se altera el ritmo circadiano, que es el ciclo que regula la respuesta del organismo a los periodos de luz y oscuridad.

"Hay personas que son más susceptibles a los ruidos y se despiertan o tienen micro despertares que les impiden descansar bien durante la noche. Esto es mucho más prevalente en áreas altamente urbanizadas, así como también departamentos y casas que dan hacia avenidas muy grandes", afirma.

Respecto a sus consecuencias, Andrade señala que durante el sueño, en la etapa REM, se produce la consolidación de la memoria, por lo que no tener suficiente descanso puede conducir a problemas de aprendizaje en los estudiantes.

El especialista menciona que la falta de descanso es un factor de riesgo para distintas patologías vasculares o metabólicas.

"Las personas necesitan un buen descanso para recuperarse y las personas que tienen estas patologías, ya descansan un poco mal, entonces sumar un factor de ruido, que haga que el descanso se altere aún más, puede provocar mayores problemas, por ejemplo, saltos de presión arterial, generando efectos cardiovasculares a largo plazo", apunta el especialista de la UA.

"Nuestro estado mental puede verse afectado por los ruidos, ya que alterarán nuestro equilibrio emocional"

Carolyn Saravia, académica de Psicología de la UA