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Un antiguo impacto marcó las diferencias en las caras de la Luna

Fue un golpe gigante que ocurrió hace miles de millones de años cerca del polo sur del satélite terreste. En el lado visible desde la Tierra se ven "mares lunares".
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C. Infanta / EFE

La cara que la Luna muestra a la Tierra es muy diferente de la que esconde en su otro lado y la razón de estas diferencias es un misterio. Ahora, un equipo científico señala que una de las explicaciones podría ser un impacto gigante hace miles de millones de años cerca del polo sur del satélite terrestre.

La cara visible está dominada por los "mares lunares", los vastos restos de color oscuro de antiguos flujos de lava. En cambio, en la cara oculta no existen casi estos mares y es mucho más accidentada.

Según el estudio que publicó la revista Science Advances, el impacto de un objeto que formó la gigantesca cuenca del Polo Sur-Aitken (SPA) de la Luna está detrás de estas diferencias; el impacto habría creado un enorme penacho de calor que se propagó por el interior lunar.

Ese penacho habría transportado ciertos materiales -productores de calor y de tierras raras- a la cara visible de la Luna y esa concentración de elementos habría contribuido al vulcanismo que creó las llanuras volcánicas.

"Sabemos que los grandes impactos, como el que formó SPA, generan mucho calor", explica en un comunicado Matt Jones, de la Universidad de Brown y autor principal del estudio, pero "la cuestión es cómo afecta ese calor a la dinámica interior de la Luna".

"Lo que mostramos es que, bajo cualquier condición plausible en el momento en que se formó la cuenca Aitken, esta acaba concentrando estos elementos productores de calor en la cara visible. Creemos que esto pudo contribuir a la fusión del manto que produjo los flujos de lava que vemos en la superficie", señala Jones.

Metodología

Los investigadores realizaron simulaciones por ordenador de cómo el calor generado por un impacto gigante alteraría los patrones de convección en el interior de la Luna, y cómo eso podría redistribuir un tipo de material en el manto.

Los modelos del interior lunar sugieren que debería haber estado distribuido uniformemente bajo la superficie, pero este nuevo modelo muestra que la distribución uniforme se vería alterada por el penacho de calor del impacto en la cuenca Aitken.

Hígado graso: qué es y cómo prevenir este silencioso trastorno

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El hígado graso se ha transformado en una patología que en los últimos años ha ido en alza en las consultas especializadas y hoy se estima que cerca del 20% de la población adulta de nuestro país padece esta enfermedad. Si bien esta es una condición bastante silenciosa, que se puede presentar a cualquier edad, está comúnmente relacionado con el sobrepeso, diabetes y altos niveles de colesterol.

Según Guillermo Silva, gastroenterólogo y hepatólogo de Clínica MEDS, este trastorno "corresponde a la acumulación de grasa, a manera de triglicéridos, que es un tipo de grasa dentro de las células que componen el hígado que se llaman hepatocitos. Cuando esta cantidad excede más del 5% de la cantidad de células propias del hígado hablamos de este trastorno".

El especialista de Clínica MEDS precisó que "prácticamente no existen manifestaciones y la evolución natural de este trastorno es la que condiciona las complicaciones". Sí aparece en exámenes de laboratorio y de imágenes.

Una de las medidas más importantes que se pueden tomar es llevar un estilo de vida saludable, que "significa reducir el peso que debería ser progresivo y gradual, pero no brusca. Se aconseja reducir la ingesta de hidratos de carbono, no más del 45% de la dieta en base a este componente, y una disminución de las grasas saturadas, en menos del 10 %. El ejercicio aporta un gasto calórico fijo y debiera hacerse de forma sistemática, por lo menos unos 30 minutos de actividad aeróbica intensa de 3 a 5 veces a la semana", indicó el gastroenterólogo.

Lágrimas podrían acelerar el diagnóstico de párkinson

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Científicos españoles están realizando un estudio piloto que detecta en las lágrimas potenciales biomarcadores para un diagnóstico temprano del párkinson.

Se trata de una investigación multidisciplinar, liderada por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que se amplió a más pacientes y a la que se han incorporado nuevos agentes con el objetivo de desarrollar un test de detección temprana de la enfermedad.

El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del alzhéimer y uno de los principales retos en su tratamiento es encontrar marcadores clínicos que permitan la clasificación temprana de los pacientes y ayuden a monitorizar la progresión de la enfermedad.

En este momento, una de las pruebas de detección de marcadores de párkinson se realiza mediante punción lumbar y extracción de líquido cefalorraquídeo.

El estudio, del que informó la UPV/EHU, intenta detectar la enfermedad por una vía menos invasiva: analizar la lágrima individualizada de pacientes con párkinson con el fin de hallar biomarcadores tempranos de la patología.

Se trata de un estudio pionero en la detección en cantidades muy pequeñas y, según los resultados publicados en la revista Proteomes, se han localizado marcadores (proteínas) sobreexpresados en las lágrimas de pacientes con párkinson.