Las comunas se preparan para el verano reclutando salvavidas
En Mejillones ya tienen 13 seleccionados para las distintas playas, mientras en María Elena buscarán uno para su piscina el próximo mes. Desde Taltal, el histórico Tarzán Álvarez adelanta que puede ser su último año como salvavidas. A sus 76 años, dice que está como tuna.
El sábado, trece mejilloninos comenzaron el curso para certificarse como salvavidas, lo que les permitirá trabajar durante todo el verano en las playas de su comuna. Los seleccionados salieron de 16 postulantes que se presentaron al reclutamiento que organizó la municipalidad, quienes midieron sus capacidades físicas y teóricas.
El curso -explica Manuel Alfaro, profesional de la municipalidad-, les dará conocimiento de técnicas de rescate, primeros auxilios, cómo utilizar un desfibrilador, entre otros. Después de ese mes de entrenamiento, la prueba final es tomada por personal de la Armada, quienes los certifican como tal.
"La idea es contratar a todos, sería ideal que queden con nosotros. El grupo de salvavidas lleva tres años con nosotros, pero este año quisimos hacer una renovación completa", cuenta. Ellos serán destinados a La Rinconada, el Balneario Municipal, la Capitanía de Puerto o Guanaye.
Así como en Mejillones, los distintos municipios de la región se anticipan a como vendrá la temporada estival y las ganas de los veraneantes de refrescarse ante la ola de calor. En María Elena, el proceso de contratación de un salvavidas se verá en noviembre, "pero todo depende del comportamiento de la pandemia en la comuna. Hay mucha probabilidad de que sí", adelanta el alcalde Omar Norambuena.
Actualmente la piscina municipal se encuentra en mantención. La comuna se ganó un proyecto y se mejorará el sector del pavimento en torno al complejo, mientras que también internamente se busca tener un mejor mobiliario.
Taltal
Al teléfono desde Santiago, el histórico salvavidas taltalino Tarzán Álvarez dice que este año será el último que trabajará en las playas, aunque después se arrepiente. "Es que después me dan ganas de nadar y sigo igual, porque me gusta el agua", dice. En diciembre suele llegar personal de la Armada a Taltal para tomar la prueba donde Tarzán renueva la licencia.
Las lucas que gana Tarzán como salvavidas le sirven mucho: como jubilado, solo percibe esta remuneración que guarda en el banco para el resto del año. De hecho, con esa plata pudo viajar a la capital a conocer a sus nietos. "Estoy súper contento, muy alegre", dice.
A sus 76 años, el nadador está proyectando la tradicional travesía que hace cada febrero en manda a la Virgen de Lourdes (va desde la Puntilla al muelle), pero antes quiere despedirse de las aguas antofagastinas: "Me gustaría hacer una desde la caleta de pescadores al Balneario", dice, no sin antes recordar que puede que tampoco sea la última, y que se siente bien dada su condición de alto rendimiento. "Después me dan ganas de volver".