Covid-19 y tercera dosis

Tomando en cuenta el riesgo que significa la variante Delta del Covid-19, que está golpeando con mucha fuerza en varios lugares del mundo, desde este miércoles 11 de agosto se comenzará a aplicar una dosis de refuerzo.

Este proceso se iniciará con las personas mayores de 55 años, que ya han recibido sus dos dosis Sinovac durante este año, especialmente aquellos que tuvieron su segunda dosis en marzo de este año.

Tal como sucedió con las dosis anteriores, hay una serie de dudas en torno a la aplicación del refuerzo de la vacuna.

¿Por qué se llega a pensar en una vacuna de refuerzo? Esto se debe a que en algunas personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas su respuesta inmunológica es menor comparada con una persona normal.

Algunos detractores de esta tercera dosis dicen que aún no hay suficientes estudios que hagan implementarla, que se debió esperar. Es cierto que esto está aún bajo estudio, como muchos otros eventos. Las respuestas inmunológicas toman su tiempo. Sin embargo, ya se ha podido observar que con esta inoculación adicional se podría aumentar de forma significativa la tasa de anticuerpos generada.

Empleo en la recta final del año

Empleo y crecimiento económico van de la mano, y en Chile es un tema tocado con mucha frecuencia a partir de diversas cifras, como las extremadamente alentadoras provenientes del Banco Mundial, que proyectaban una expansión de nuestra economía superior al 6% para este año, y otras, como las de la Universidad Católica, que mostraron un estancamiento del empleo, llamando a la cautela. También es considerable que un 40% de los nuevos puestos de trabajo generados en los últimos años provienen desde sectores digitalizados.

Pero más allá de los datos duros es igualmente importante tomar en cuenta la percepción que tiene uno de los motores más importantes de la economía, y más en una situación como por la que atravesamos actualmente: los colaboradores. Y los números son igualmente dispares. Según un sondeo, el 45% de las personas se mostró más optimista en cuanto al mercado laboral respecto del año pasado, mientras que un considerable 35% afirmó lo contrario.

Hay que aprender a convivir con la incertidumbre en esta nueva realidad y si bien sacar esto adelante depende del compromiso que cada persona tenga con su trabajo, una señal igual de potente debe venir por parte de las empresas, generando entornos flexibles que apunten no solo a lograr mejores sueldos, sino que también al denominado "salario emocional".

Jaime Arrieta