Maternidad: una cuota pendiente en Chile

Cada vez me parece más oportuno reflexionar sobre la deuda que Chile mantiene con nuestras mujeres. Y esto no solo engloba lo que es la equidad de género, sino también lo relacionado con las facilidades en la crianza. Sí, es cierto que en nuestro país tenemos leyes que nos protegen y hay programas como el de Sala Cuna que facilitan la maternidad en una etapa inicial, pero no es menos cierto que también nos queda mucho por avanzar.

Creo que Chile y las empresas pueden perfectamente llevar a cabo programas que permitan compatibilizar ambas labores como se hace en otros lugares del mundo sin que esto implique una menor productividad para la compañía y un especie de castigo a la maternidad.

Una de las formas de hacerlo es estableciendo el derecho a pactar las condiciones entre empleadores y trabajadores. Debemos ir avanzando en esa dirección, teniendo en cuenta que al final esto redundará de forma positiva en las empresas y la economía.

Por eso mismo, es necesario avanzar en el derecho a la Sala Cuna Universal y fomentar aún más la corresponsabilidad. La maternidad, es sin duda, una cuota pendiente en Chile que debemos empezar a saldar.

Ser independiente en la política

Estimado director:

Ante el proyecto presentado por diputados de PC-FA para reducir los requisitos a candidatos independientes al Congreso, bien vale recordar una vez más, que hoy los requisitos que se exigen para ser candidato al parlamento, palabras más, palabras menos, son: ser chilena (o), tener cuarto medio y respirar.

Y si a lo anterior se agrega que en general los electores no analizan a los candidatos profundamente antes de votarlos, más bien votan por "inercia política partidista", sin importarles mucho de quién se trate y de qué sabe para ejercer el cargo.

O sea no hay que ser experto electoral, ni algo que se le parezca, para predecir que todos, absolutamente todos, van a terminar siendo candidatos independientes, para ¡postular y abrazarse!

Ojalá las chilenas y chilenos que postulan a sus ansiados trabajos, día tras día, tuvieran la misma suerte y no pasaran por largos y agotadores procesos de selección de personal.

A lo anterior sumar que solo les bastará, como dice el dicho "con las patas y el buche", para tener el trabajo soñado y muy bien remunerado. Me salió verso, sin hacer ningún mayor esfuerzo.

Luis Enrique Soler Milla