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El duelo de David: el coronavirus le arrebató a su madre

El estremecedor relato de joven abogado que tras contagiarse estuvo intubado luchando por su vida, y milagrosamente se recuperó. Lamentablemente, su mamita no pudo ganarle la lucha al Covid.
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Ricardo Muñoz Espinoza

Los golpes más duros que ha dejado esta pandemia, esa marca imborrable, son los seres queridos que no pudieron ganar la batalla contra el virus. David Espinoza, abogado de 44 años, cuenta -aún con voz temblorosa- que desde que apenas supo de la llegada del coronavirus lo tomó con bastante seriedad para proteger a su madre de 60 años.

Para ir a su trabajo, en el centro de Antofagasta, sólo se sentaba en el asiento del copiloto en el colectivo y si éste estaba ocupado, siempre pagaba los tres para ir él solo atrás y reducir el riesgo del contagio, algo que también se reflejaba en la casa cuando junto a sus hermanos trataban de mantener el menor contacto posible los unos de los otros.

En julio todo cambió radicalmente. Según David, en el trayecto entre el trabajo y la casa probablemente se contagió y tras días en los que aparecieron los síntomas, poco a poco fue empeorando: "tos, no sentía el sabor a las comidas, perdí el olfato, el dolor de cabeza, escalofríos y la fiebre". En la clínica le confirmaron la noticia: después de esperar el PCR el resultado posteriormente fue positivo, pero el aislamiento lo hizo en su hogar.

"Nunca me llamaron para irme a una residencia", afirma. Por eso, uno de los baños de la casa lo usaba él, en la habitación se quedaba con mascarilla y guantes, cubiertos y platos sólo para su uso exclusivo. También utilizaba cloro para desinfectar.

El 13 de julio fue clave. "Si bien nunca me sentí mal, en algún momento cuando estaba aislado en mi pieza perdí el conocimiento. Mi mamá estaba preocupada porque no respondía el Whatsapp... abrieron la puerta y me encontraron inconsciente", cuenta el profesional.

David fue traslado de urgencia al hospital. El nivel de oxígeno en la sangre considerado normal es de 90% de saturación, él estaba en 40% en el oxímetro y con una fiebre alta. Al llegar a la Urgencia fue de inmediato conectado al ventilador mecánico, donde estuvo 14 días luchando por su vida en la UCI en posición prona (boca abajo).

David ganó la batalla. Cuando despertó le dijeron que su recuperación "había sido milagrosa. El doctor me dijo que tuve un pie en el cajón" y prácticamente con más secuelas físicas que psicológicas.

Lamentablemente, también supo que -en algún momento de su aislamiento- su madre también contrajo el virus y estuvo hospitalizada, pero, en su caso, el Covid-19 fue más agresivo: "Estando en la clínica (al mejorar fue trasladado desde el hospital), me pasan el celular y me llama mi hermano y me cuenta que la mamá estaba en el hospital, grave y que por favor no sintiera que fue mi culpa...".

La lucha de Marta Quezada se extendió por más de 40 días desde el 26 de julio. El 5 de septiembre, poco antes de las 9 de la mañana, les avisan la devastadora noticia: "la doctora lloraba y me decía que hicieron todo lo humanamente posible". Finalmente, su mamá perdió la lucha contra el virus.

Hoy David, sigue bastante afectado y cuando ya han pasado seis meses de aquel terrible suceso lleva adelante una batalla legal contra su isapre por los costos que dejó la enfermedad.

Pero, el más alto costo fue su pérdida, de lo cual reflexiona y envía un mensaje a toda la comunidad para generar conciencia, sobre todo a quienes a un año de pandemia aún no le toman el peso al Covid-19.

"Esto no es un chiste, no es chacota. Es una realidad y es cierto que a lo mejor no les toque a ellos de esta forma, a lo mejor no habrá empatía o preocupación por los suyos... por sus hijos, por sus padres. Hay algunos que han sido asintomáticos y otros que les da ha dado leve, pero hay quienes a los que nos ha dado fuerte. Todos debiésemos seguir cuidándonos porque esto no ha terminado".

La constante carrera de habilitar nuevas camas

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Antes de la pandemia, el Hospital Regional de Antofagasta tenía 30 camas críticas, las que amplió a 105 hacia mediados del año pasado, con todo el equipo de profesionales intensivistas que eso implicaba. Hoy el número llegó a 102 en una segunda ola que golpeó más fuerte que la primera. Incluso hubo pacientes intubados en la Urgencia por falta de cupos en pisos superiores. Esto es parte de lo que destaca a modo de balance el director Enrique Bastías: una planificación que se cumplió en el 90%, el primer laboratorio de un hospital en tener la acreditación para procesar PCR, el apoyo del personal del Hospital Militar. A pesar del desconocimiento inicial del coronavirus, Bastías realza "el compromiso de todo el equipo por sacar esto adelante. Pero aún no ha terminado", señala el director.

Samu: una labor vital durante la pandemia

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El Servicio de Atención Médica de Urgencias (Samu) debió adaptarse a la contingencia Covid-19, principalmente por dos razones: para el traslado de pacientes con coronavirus dentro de la región y también la cobertura de todas las emergencias que no cesan. La institución implementó diversos protocolos con sus elementos de protección personal para cada uno de sus procedimientos.

"Primero tuvimos una adecuación de nuestro trabajo. Al comienzo fue toco aprendizaje y después de un año hay procedimientos establecidos. Para ir a un atropello en la calle hay un equipo de protección personal básico para que nuestro personal pueda evitar cualquier tipo de contagio", dice el gestor de Usarios de Samu, Miguel Parada. En 2020 Samu acudió a 25 mil 190 procedimientos en la región y el 19% por causa respiratoria.

Fach y su clave tarea de trasladar pacientes

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La Fach también cumplió una labor clave. A bordo del C-130 no sólo se trasladó hasta la zona ventiladores mecánicos a mediados de año, sino que también más de un centenar de pacientes Covid a otras regiones, tanto de Antofagasta a Calama, para descongestionar la alta ocupación de camas críticas.

"Ha sido algo para lo que nosotros estábamos preparados. Habíamos tenido algunos cursos, pero como institución esta pandemia nos agarró un poco de sorpresa. Felizmente, pudimos adaptar protocolos que nos permitieron salir adelante con la misión. Nos ha permitido como país tener el puente aéreo de pacientes críticos Covid más grande del mundo", señala el jefe de Escuadrilla de Radiodespegue Sanitario Aerotransportable Modular de Fach, comandante de escuadrilla (s) Gonzalo Suárez.

Carlos: el primer mártir de la "Primera Línea" en la región

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Junio fue el mes más terrible en el Hospital Carlos Cisternas de Calama, recinto que llegó a atender casi en un 80% únicamente para pacientes Covid y con el constante estrés de armar camas críticas en zonas que no estaban pensadas para ello. Si antes de la pandemia el número de cupos UCI era de nueve, a mediados de año esa cifra se multiplicó por 10. Además, en el peor momento se contaban hasta 15 fallecidos por día a causa del brutal paso del Covid-19. En agosto, el TENS de Urgencia y de la "Primera Línea" contra el Covid, Carlos Ahumada, (47) falleció tras una larga lucha contra el virus en Santiago, siendo el primer mártir de la primera línea en la pandemia en la región. Hoy el recinto enfrenta la segunda ola con una mayor preparación y experiencia.