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La triste estela de un año maldito

Más de 41 mil contagios y sobre mil fallecidos, si se agregan los casos probables, es el registro de esta pandemia.
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Ricardo Muñoz Espinoza

El jueves 12 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba pandemia. La mutación llamada Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS-CoV-2) proveniente de la familia de los coronavirus, originado en la ciudad china de Wuhan, se esparcía rápidamente por Asia, Europa y había llegado a América.

Si bien a mediados de marzo en Chile ya tenía una treintena de casos de Covid-19 -la enfermedad causada por el virus- y que se registraron tras la infección del paciente cero, un médico de Talca, hasta ese entonces no había confirmados en la Región de Antofagasta.

Pero el 14 de marzo de 2020, todo cambió. En medio de noticias de suspensión de eventos y conciertos en el país, durante esa jornada se esparció el rumor por las redes sociales y posteriormente fue confirmado por la seremi de Salud, Rossana Díaz: un matrimonio calameño que estuvo en el extranjero dio positivo al examen PCR.

Desde entonces comenzó una historia que quedará en la memoria de todos. Poco a poco comenzaban a aparecer casos de Covid-19 y a partir de aquellos dos, al 31 de marzo la suma ya era de 35 en la zona, 29 de Antofagasta. Es decir, en las primeras dos semanas y media los contagios aumentaron en 18 veces y seguían.

Posteriormente, comenzaron a registrarse en las demás comunas: Tocopilla y San Pedro de Atacama sumaron sus primeros contagios en marzo y en abril se sumarían Mejillones, Taltal, María Elena, para en mayo agregar a Sierra Gorda y en junio a Ollagüe. El coronavirus, esa enfermedad extraña de la que todo el mundo hablaba, llegó a todos los rincones de la región.

Después de un año, el SARS-CoV-2 ha infectado a 41 mil 575 personas, según el Informe Epidemiológico.

Las tristes cifras

Y en medio de una fuerte demanda por mascarillas y alcohol gel (que al inicio de la pandemia escaseaban), del decreto de Estado de Catástrofe y el toque de queda, de cuarentenas en algunas comunas antes que existiese el plan Paso a Paso (hoy tan común con sus avances y retrocesos), lo peor estaba por venir y aumentar.

Esa era la cifra de los más afectados, aquellos que caían a los hospitales y clínicas por el famoso patógeno, un camino que parecía una pendiente.

Si a fines de abril eran 65 los hospitalizados en la región, ya en un mes ese número subió a 141, 308 en junio y hasta 313 en julio, el número más alto que se ha registrado en toda la pandemia.

Desde ahí inició una caída libre que se extendió hasta noviembre, mes que terminó con 46 internados. Pero en la segunda ola de contagios que se originó en diciembre, en febrero se estuvo cerca de aquel récord: 305, el martes 23.

De todos ellos, destacan quienes debido al coronavirus se internaron en la UCI, la mayoría con ventilación mecánica. El 1 de abril de 2020 apenas había tres personas en las unidades de cuidados intensivos de la región y el ascenso fue abismante: 48 el 31 de mayo, 72 al 17 de junio y 97 el 2 de julio. A partir de ahí comenzó el descenso.

Pero esa baja sólo duró hasta fin de año, porque tras las fiestas llegó el "verano maldito" de la segunda ola que exigió al límite a toda la red asistencial de la región, cuyo personal luchó contra el tiempo de habilitar nuevas camas críticas y la velocidad a la que llegaban los pacientes.

Si en junio el Hospital Carlos Cisternas de Calama se convirtió en un recinto casi en su totalidad para atender pacientes Covid, en enero y febrero de este año el centro de la batalla estaba en el Hospital Regional, el cual durante varias jornadas no tenía más camas críticas disponibles.

El récord máximo en toda la pandemia de pacientes Covid en UCI fue el reciente viernes 5 de marzo: 98 personas se debatían entre la vida y la muerte en los recintos clínicos.

Pero la estela más triste que ha dejado esta pandemia es la de los fallecidos. El 6 de abril el Gobierno confirmó la primera muerte de un paciente Covid-19 en la región, una mujer de 65 años.

Desde entonces, cada mes este registro fue en aumento, siendo julio el más letal hasta ahora en esta pandemia: 200 muertes según las cifras del Gobierno Regional y que actualmente llegan a más de 800 en ese conteo (Covid confirmado) y el número se eleva a 1.008 si se agregan los casos probables del Informe semanal DEIS del Minsal.

Más de 300 traslados de pacientes a otras regiones vía aérea, la titánica labor del personal de la salud y cómo cambió nuestra normalidad, son parte de una pandemia que no olvidaremos nunca y que aún no termina.

7.731 contagios tuvo enero en la región, el mes con más casos en toda la pandemia, seguido de febrero con 6.307.

14 fallecidos de la región en una sola jornada es el récord de la pandemia: 12 y 28 de junio y el 7 de julio, según el DEIS.

"Ojalá hubiésemos sabido lo que sabemos ahora"

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Tras este primer año de pandemia, la seremi de Salud Rossana Díaz, señala que "por supuesto que tenemos que hacer una evaluación y una autocrítica: "Ojalá hubiéramos sabido lo que sabemos ahora en un principio. Esta pandemia nos pilló a todos aprendiendo, volvimos a sacar nuestros libros de epidemiología, los epidemiólogos estuvieron de moda y pudimos enfrentarla de la mejor forma. Si uno evalúa, ojalá no hubiese muerto nadie y no hubieran habido números altos, pero tenemos que ponernos en el contexto mundial y ahí la pandemia ha sido trabajada lo mejor posible en nuestro país. Ha sido un año de gran aprendizaje, de entender que sí se puede trabajar en red e incluso con la red de salud privada que ha entendido que tiene un rol preponderante cuando los necesitamos. La única forma de salir de esto es juntos, privados, públicos, empresas y la personas, cada uno de nosotros, teniendo las medidas de autocuidado. Así que ha sido un año difícil, duro, de mucho trabajo. Sin embargo, el aprendizaje que hemos tenido no se nos va a olvidar por el resto de nuestras vidas. La vacuna es una gran esperanza y es una medida más tangible de que las cosas pueden empezar a mejorar. Es una luz al final del túnel, pero no por eso los que ya se han puesto las dos dosis pueden irse de fiesta, dejar la mascarilla y dejar de lavarse las manos".