Gente de la calle

Los vagabundos, personas que por distintos motivos han escogido esta forma de vida, es común verlos por las calles pidiendo comida y "macheteando" a la gente. Mal vestidos y sucios, buscan en el licor una forma de olvidarse del mundo. Ellos sufren, lloran y recuerdan. Siempre están acompañados por sus perros que son sus amigos, su compañía. Duermen donde los pille la noche y hacen su camita con cartones.

Son mal mirados por la sociedad. Hay entidades sociales como la Gobernación que buscan una manera de ayudarlos, pero la rechazan, se acostumbraron a esta forma de vida.

Muchos de estos personajes son gente educada, culta. Hay profesores o empleados que han tenido su hogar y familia. ¿Qué es lo que los lleva a este extremo y ser un prisionero del alcohol? ¿Trauma, desilusión amorosa, desengaño? Es un secreto que ellos guardan en su corazón.

Algunas familias no les prestan ayuda para rehabilitarlos. Es mucho el drama que vive esta gente de la calle. Nadie sabe lo que nos depara el destino.

¿Se justifican las primarias?

Señor director:

Luego de una bajísima participación ciudadana es evidente que las elecciones primarias legales, una vez más, han sido un fracaso.

Siendo así, ¿se justifica el costo que le significan al Estado? Se trata de elecciones políticas, hechas por políticos y para elegir a sus propios representantes.

Un asunto que, dada la débil imagen ciudadana que poseen los partidos, se hace evidente que, al menos para elecciones regionales y comunales, se hace mucho más lógico buscar un camino diferente.

Es decir, un rubo distinto, para designar candidatos y evitar mover a todo el aparato del Servel, para una elección con tan poca representatividad.

Demás está decir que nuevamente quedan al debe los partidos políticos en lo que a participación ciudadana se refiere, y a la promoción de una equidad de género entre sus candidatos.

Felipe Vergara

analista político

Universidad Andrés Bello