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Cuatro décadas de vocación y entrega con sus pacientes

La enfermera de la Unidad de Diálisis del Hospital Regional, Ana Verónica Bacarrezza, se retira después de 41 años de servicio, entre aplausos y agradecimientos por su labor.
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RIcardo Muñoz Espinoza

Ana Verónica Bacarrezza cerró la puerta de la Unidad de Diálisis por última vez. De sus 41 años de servicio como enfermera, 30 los dedicó a su labor profesional en dicha área del Hospital Regional de Antofagasta (HRA).

Estos últimos días la "Verito", como le decían entre los pasillos del principal recinto médico de la región, se ha visto en medio de aplausos y felicitaciones varias. El 31 de diciembre será la fecha en la que finalmente llegará la jubilación después de 41 años dedicados a una vida de atención de pacientes y al trazado de una senda para los y las nuevas jóvenes que poco a poco están dando sus pasos en el mundo de la enfermería.

Pero su recuerdo entre esos mismos pasillos no sólo quedarán en enseñanzas, risas y momentos que compartieron junto con ella sus compañeros funcionarios, sino que también en la placa que indica el ingreso al área: Unidad de Diálisis Ana Bacarrezza, un homenaje que quiso plasmar la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros de Antofagasta (Asenf).

"Me siento feliz porque es la carrera que yo elegí y he tenido la oportunidad de desarrollarla en los lugares en los que yo he querido, como en el servicio de medicina donde estuve 10 años y tengo 31 años en diálisis. Entre medicina y diálisis incursioné también en UCI. Todas han sido unidades que me han enseñado mucho y que agradezco haber tenido la oportunidad de estar ahí", reflexiona Ana en su retiro.

La Verito, una enamorada de su labor, se encarga de destacar esa importante vocación, lo que también la ha llevado a formar a nuevas generaciones de enfermeras y enfermeros, pero afirma que ha sido clave -en parte- en su carrera, el apoyo familiar.

"Cuando a uno le gustan las cosas las hace con cariño y no entorpece la vida normal. En los primeros años, aparte de dializar también tenía que secar el piso, porque no había auxiliares. En esa época como que una abandona a la familia porque demandaba más tiempo, pero mucha comprensión de mi esposo y mucha ayuda familiar me permitió salir adelante", dice.

La profesional añade esa importancia de la familia: "tuve la suerte de tener un compañero que me apoyaba en todo. O sea, él todas las tareas de la casa que había que suplir las hacía. Cuando yo trabajé en UCI era por turnos y él se quedaba todo el día con los niños y en eso nos complementamos. Eso ayudó en parte a que desarrollara mi carrera tranquila".

Ana reconoce sentimientos encontrados, pero la anima el hecho que tendrá tiempo para darse un merecido descanso después de más de cuatro décadas de dedicación a la atención de pacientes.

Pensando en esa jubilación que se acerca, dice que "ha sido difícil porque me deprime sólo pensar que me voy a ir. Por otro lado, me doy ánimo y me digo que la vida continúa y lo que he aprendido en mi carrera es que todo tiene una etapa y es un proceso".

Por el momento el descanso será lo primero. Después de las fiestas de fin de año, Ana piensa viajar al sur del país y además ya está en planes para junto a su hermana y una prima recorrer Brasil y Argentina.

Es entonces cuando envía su mensaje a sus colegas y también para sus compañeros de unidad:

"Uno tiene que tener amor a lo que hace porque tiene que entregar lo mejor. Entregar todo lo que puede y dar más. Cuando uno estudia una carrera tiene que estudiarla con vocación, porque la carrera de enfermería y de las profesionales de la salud es de mucha entrega". En cuanto al gremio, "sigan luchando para obtener buenos logros".

"Uno tiene que tener amor a lo que hace porque tiene que entregar lo mejor. Entregar todo lo que tiene y dar más"

Ana Verónica Bacarrezza.