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"Me perdí los primeros meses de mi guagua por la pandemia"

Auxiliar del HRA pasó de disfrutar con su bebé a estar en la primera línea del covid, incluso ayudando con los protocolos de fallecidos.
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Javier Andrónico Cangana

Alejandro Henríquez Yáñez tiene apenas 23 años, y desde los 20 trabaja en la Urgencia del Hospital Regional de Antofagasta.

Es auxiliar de servicio, trabajo que se denomina también como "camillero", y en el cual se desempeña desde el primer día de la Urgencia. "Justo me tocó turno cuando inauguraron esta unidad", comenta entre risas.

Alejandro, y al igual que los técnicos en enfermería, médicos y enfermeros de Urgencia, les ha tocado ver de todo en sus turnos. Literalmente, cuenta, pueden pasar de atender una fractura o una alergia para dar paso a la llegada de una persona con alguna extremidad mutilada producto de un accidente de tránsito. "El trabajo siempre ha sido al máximo, en cada turno", relata.

A grandes rasgos, el trabajo de Alejandro es apoyar y trasladar a los pacientes a distintas unidades donde indiquen los doctores de Urgencia. Por ejemplo, hacia donde toman scanners. "Depende de cada paciente. Si tiene algo leve los llevamos en silla de ruedas, pero si están graves los trasladamos en camilla".

Y ahora, con la pandemia, la situación ha cambiado, pero no ha disminuido.

"me fui de la casa"

En febrero, Alejandro tomó 10 días de vacaciones. Era el nacimiento de su hija.

Un mes después, a mediados de marzo, con los casos de covid aumentando poco a poco y registrándose los primeros contagios en Antofagasta, el joven auxiliar de Urgencia se puso en alerta y poco después tomó una decisión drástica.

"Para prevenir a mi familia de un posible contagio, decidí irme de la casa un tiempo. Tenía miedo de contagiar a mi guagua recién nacida", dice Alejandro, quien agrega que "por la pandemia me perdí los primeros meses de vida de mi bebé".

Recién a mediados de julio, Henríquez volvió a su hogar. Pero incluso ahora, cuenta, tiene cuidados extremos con su familia, sobre todo con su guagua.

Todos estresados

Entre finales de mayo y julio han sido los meses más complejos para la red asistencial y, en especial, para el Hospital Regional de Antofagasta.

El propio Alejandro califica esos meses como "horribles", porque "todos estábamos estresados y había miedo de contagiarse".

Henríquez -y también el resto del equipo de Urgencia- estuvieron ese tiempo ahí, en la primera línea, viviendo casos extremos.

"Los casos de niños o jóvenes y los de abuelitos siempre son los que más nos afectan emocionalmente y me tocó ver una niña, de unos 18 años, con síndrome de down que llegó a Urgencia. Estaba muy, muy mal (por el covid) y, a pesar que la atendieron, terminó falleciendo en la unidad", recuerda Alejandro.

Poco después, relata, a su turno le tocó recibir a cinco adultos de la tercera edad. Todos contagiados con coronavirus. "Creo que fue cuando un asilo cerró. Habían avisado que llegarían estos abuelitos, pero aún así son pocas las veces que llegan (a Urgencia) cinco pacientes graves de la tercera edad al mismo tiempo. Fue un turno muy difícil, una nochera", recuerda el auxiliar del Hospital Regional.

Fallecidos

Los fallecimientos por covid, relata Alejandro, son una situación compleja y nueva, tanto para ellos como para los familiares del fallecido.

"Es muy difícil para la familia, porque ellos ven llegar a Urgencia a su pariente y, si fallece, ya no lo ven nunca más".

Lo anterior es debido a los estrictos protocolos del Ministerio de Salud, donde a los fallecidos por covid deben introducirlos en bolsas mortuorias para luego ser derivados a la morgue.

"Cuando estaba muy colapsada la Urgencia debíamos apoyar a los paramédicos que hacen esta labor. Me tocó varias veces poner personas en estas bolsas, las cuales van con una cinta metálica para que no se abra y sólo tiene un espacio donde va el carnet. Después, vamos a la morgue a buscar un tipo de 'ataúd' de metal, en el cual trasladamos al fallecido hasta unas salas especiales y desde allí la funeraria lo pone, con bolsa y todo, en el ataúd final y sella la tapa. Es muy triste, porque la familia no tiene oportunidad de despedirse de su ser querido", comenta Alejandro.

Fase 2

Respecto al avance a fase de Transición, el auxiliar de la Urgencia del Hospital Regional tiene una postura, al igual que el resto de sus compañeros de trabajo, bastante particular.

Por un lado, comenta, "creo que todos estábamos cansados del encierro, pero también (con el avance de etapa) podrían volver a registrarse muchos casos nuevos y ya venimos con una carga de trabajo altísima", expresa el joven.

Mientras usted lee estas líneas, Alejandro y las cerca de 30 personas que conforman el equipo de Urgencias, están trabajando con el miedo latente a contraer covid. Todos tienen familias. Todos tienen amigos. Ninguno de ellos quiere contagiarse ni contagiar a los suyos. "Aunque estemos en Fase 2, esperamos que la gente siga respetando y tomando las precauciones con esta pandemia, para evitar más contagios y no volver a tener los hospitales llenos", es el llamado que hace Henríquez, justo al iniciar su turno en Urgencias.

"Hubo meses tan complicados que no había tiempo ni para comer. Era un traslado de pacientes hacia la UCI en todo momento.

Alejandro Henríquez, auxiliar de servicio de Urgencias