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Vecinos de pueblos rurales cuentan cómo atajan el coronavirus en sus localidades

Los vecinos de Paposo, Chiu Chiu y Michilla cuentan que no hay casos de covid-19, pero toman medidas. En Paposo, por ejemplo, cerraron el acceso al pueblo con piedras.
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Ignacio Araya

Hace dos meses que un grupo de vecinos de la caleta Paposo, ubicada a 50 kilómetros al norte de Taltal, se puso de acuerdo para cerrar el paso de extraños a su caleta. Doce vecinos fueron a la orilla, sacaron a pulso unas enormes rocas, las subieron a un camión y se fueron al acceso norte. Todas las piedras hicieron una pequeña muralla para que no entrara ningún auto al pueblo y así circulen por la carretera, más arriba.

"Estuve como cinco días adolorida de mi brazo, pero gracias a Dios nos resultó… han abierto la carretera, pero ahí estamos luchando", cuenta Maritza Astudillo, una de las vecinas del pequeño poblado ubicado junto a la costa y donde, dice, no hay ningún caso de coronavirus hasta ahora.

Astudillo es parte del Consejo de Desarrollo Local, y junto a los pobladores trabajan para estar atentos a la situación. Por ejemplo, cuenta que hay trabajadores que están construyendo la posta y que los fines de semana van a Antofagasta. "Lo bueno es que vienen con su test rápido, se lo hacen cuando vienen y cuando se van, así que en ese sentido están con todos sus protocolos".

Lo único malo de la actual situación, dice la vecina, es que los precios de las cosas se fueron a las nubes. Por ejemplo, un arroz que costaba 900 pesos, ahora está en $1.300. El aceite pasó de un precio parecido, a costar $1.600.

Michilla

Ayer, un equipo de pobladores de Michilla salió a sanitizar el pueblo que está a medio camino entre Tocopilla y Mejillones. Con sus overoles blancos y equipamiento, los vecinos salieron por las calles a dejar todo impeque. Es una medida de protección en un pueblo donde no hay casos, dice Yasna Astudillo, presidenta de la Junta de Vecinos.

"Obvio que igual tomamos cuarentena junto con Mejillones, pero fuera de eso, todo normal", señala la dirigenta. Las empresas de los alrededores les proporcionan apoyo sanitario: al mismo Michilla llegan mascarillas, alcohol gel, entre otras cosas. "Lo primero que hicimos fue hablar con los dueños de posadas y negocios. Antes entraban a comer, ahora no: todo para llevar".

La conexión con Mejillones, capital comunal, se hace con un bus facilitado por la municipalidad, dice Astudillo, "pero ahora con esto de la cuarentena nadie ha podido salir a hacer sus trámites", dice.

Chiu chiu

Una medida parecida a la de limitar el acceso a los negocios se tomó en Chiu Chiu, pueblo del Alto Loa. Arriba llegaron a tener decenas de contagiados, y tres vecinos fallecieron producto del coronavirus. Sin embargo, dice Iván Galleguillos, presidente de la Junta de Vecinos, de momento no habría nadie contagiado, "no tenemos personas en cuarentena, nada", señala.

La JJ.VV., dice Galleguillos, se acercó a los almacenes que hay en el pueblo para ver qué se podía hacer. Ahora, no entra nadie a los locales, todo desde afuera. Por otro lado, si alguien tenía síntomas o necesitaba hacer cuarentena, llamaban a los dirigentes y se gestionaba, por ejemplo, la respectiva alimentación. "Esas medidas que tomamos nos dio claramente buen resultado, todos se pusieron a disposición".

Aunque antes llegaban muchos calameños a pasar el fin de semana a Chiu Chiu, el efecto de la cuarentena se hizo sentir y el dirigente cuenta que ahora solo tienen problemas con una parcela tipo camping. Más abastecimiento también llegó y hace poco repartieron 155 cajas del plan de alimentos. "La ayuda de gobierno fue muy bien recibida y esperamos que en esta segunda etapa va a ser mejor recibida todavía", plantea el vecino.

0 casos de coronavirus hay en el pueblo de Michilla, dicen en su Junta de Vecinos.

ignacio.araya@estrellanortecl