Cartas
Autocuidado de los cuidadores de adultos mayores
Señor director:
Ser responsable de una persona mayor es una tarea que demanda paciencia y mucha responsabilidad. El autocuidado, la organización y la red de apoyo de la persona que realiza esta función es fundamental, sobre todo en medio de la pandemia.
Cuidar una persona mayor dependiente es una tarea que, generalmente, recae en algún miembro de su familia. Esta situación implica un gran esfuerzo desde el punto de vista físico y emocional, por esta razón el cuidador debe tomar algunas medidas para el autocuidado en sus actividades diarias.
La labor que realizan estas personas es muy importante para el bienestar de la persona que recibe los cuidados y para su entorno familiar. Sin embargo, es necesario que este cuidador también se autocuide y cuente con una red de apoyo para disminuir el esfuerzo y proteja la salud de su cuerpo y mente.
Para empezar, es clave que esta persona planifique sus actividades diarias y evite la improvisación. Para ello será muy útil que anote en un cuaderno o pizarra las tareas del día y los elementos que necesita para realizarlas, como alimentos, útiles de aseo, etc. El tener que improvisar, salir a comprar apresuradamente o cambiar planes a última hora provoca una gran cantidad de estrés que puede manifestarse como ansiedad, irritabilidad o frustración.
Aprender a priorizar y delegar es importante también. Definir qué es lo urgente ayudará a sistematizar mejor las actividades diarias. Esto permitirá adelantarse a las contingencias, prepararse para los imprevistos y destinar momentos del día para el ocio o tiempo libre.
Hacer pausas es una obligación, ya que esto permitirá descansar la mente y el cuerpo. En el caso del cansancio físico, la idea es tomar esta pausa antes de fatigarse, evitando trabajar hasta quedar exhausto, de lo contrario le costará más recuperarse del malestar. A nivel mental, que el objetivo de estas detenciones sea hacer cosas que le gustan o que explore nuevos intereses significativos.
Finalmente, es crucial saber pedir ayuda. Si el cuidador no comunica claramente las ayudas que necesita no lo pasará bien, sobre todo en medio del confinamiento por la emergencia sanitaria, que predispone estados de estrés y ansiedad. Pedir ayuda no significa debilidad, al contrario, demuestra la preocupación por el cuidado del otro y de sí. Cuando pidamos ayuda debemos aceptar la que nos ofrecen, aunque no sea exactamente como la imaginamos, así disminuimos el aislamiento en que viven las personas mayores y su entorno.
Eduardo Gatica
académico de Terapia Ocupacional Universidad San Sebastián
