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Falleció don Floreal Recabarren, un antofagastino ejemplar

Fue alcalde, concejal, diputado, profesor, historiador, ancla de oro. Un hombre que hasta el final luchó por la identidad y la historia de Antofagasta. El municipio decretó dos días de duelo comunal por su partida.
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Ignacio Araya

Ha muerto don Floreal Recabarren. Quienes tuvieron la suerte de conocerlo comentaban ayer que con él se ha ido parte de la historia de la ciudad. Aparte de su intensa y larga vida -tenía 93-, él mismo dedicó sus últimos años a aportar su conocimiento de esta ciudad. Afable y conversador, no tenía problema en recibir en su clásica mesa del Café del Centro a cualquier persona que quisiera conocer un dato de esa Antofagasta que las generaciones más jóvenes no conocieron y que él vivió de protagonista.

Juan Floreal Recabarren Rojas fue mucho más que eso: diputado, regidor, el primer alcalde de la ciudad tras la vuelta a la democracia. Estudió en el Liceo de Hombres de Antofagasta, estudió en el Pedagógico de la Universidad de Chile y posteriormente pasó a ser Profesor de Historia y Geografía en 1954.

En 1964 asumió como alcalde de Antofagasta. La ciudad entonces no tenía ni agua ni luz. La electricidad se apagaba a medianoche y en esa época se luchaba por tener la Ley de Frontera Libre Alimenticia. Con lo poco que se tenía, el alcalde Recabarren motivó a la comunidad para ir construyendo la ciudad.

"Hicimos una campaña muy bonita, inventamos un asunto para que la gente nos ayudara a hacer zanjas, porque ahorrábamos plata, y eso servía para otra zanja. Entonces comenzaba la gente a ayudar y llegaba la junta de vecinos. Entre todos colaboraron, hasta los hoyos para hacer postes", recordaba don Floreal cuando lo entrevistamos para los 50 años de "La Estrella".

Don Floro tuvo una especial conexión con este diario. De hecho, en 1966, cuando "La Estrella del Norte" aún no salía a la luz, se hizo una edición de prueba donde la foto de tapa es el alcalde Recabarren con su hija, María Claudia. Ese mismo año colaboró en la organización del Antofagasta Portuario.

En esa misma entrevista, él proyectaba cómo le gustaría ver al antofagastino del año 2066. Pensaba ver al nortino más involucrado con su ciudad. "Y no en un sentido que opine, sino que construya. Que el gallo que tiene un arbolito lo cuide, que si tiene una calle pavimentada la cuide", decía.

Alcalde de nuevo

Como militante demócrata cristiano, se atrevió a denunciar las pillerías en el plebiscito constitucional de 1980. Ese día fue a las 12.30 a votar a la mesa 214, le entregaron el voto, pero no entró. Y le dijo al presidente de mesa porqué. "Yo ya voté y usted no se ha podido dar cuenta… me lavé el dedo y con agua saqué la estampilla", dijo.

Él ya había sufragado harto rato antes, en la mesa 198. Quería demostrar lo fácil que era adulterar ese plebiscito, tomando en cuenta que no habían registros electorales. Al final, don Floreal se fue preso. "A mí me parece que para ser un proceso limpio no es digno que los que estuviéramos con el No debiéramos andar como bandidos repartiendo volantes en la noche", contó después.

Aún sin elecciones de alcalde (no vendrían hasta el 92), el Presidente Patricio Aylwin confió en él para asumir el 11 de marzo de 1990. Floreal Recabarren tranquiliza a los funcionarios cuando llega a la muni: "No habrán despidos en masa", les dice. Después de enfrentar el desastre provocado por el aluvión, el 92 busca elegirse, pero queda como concejal. Pedro Araya asumió el puesto de alcalde.

En su vida recibió varios homenajes y reconocimientos a su labor en tanto en la investigación histórica como por las obras que pudo hacer por su ciudad. Antofagasta lo despide con agradecimiento: la municipalidad decretó dos días de duelo comunal para recordar a un hombre que siempre amó a su tierra.