Cinco finales y cuatro títulos en los brillantes últimos doce meses
En solamente doce meses, Cristian Garín ha tenido un ascenso brutal. El despegue del joven tenista comenzó justamente en Brasil. El 3 de marzo de 2019 disputaba la final del Abierto de Sao Paulo ante el argentino Guido Pella. Pese a la derrota, esa campaña le permitió ascender del puesto 92 al 72, y convertirse en la mejor raqueta nacional, por sobre Nicolás Jarry. La alegría que se le negó en Sao Paulo la encontraría un mes después en Estados Unidos. Ganó el primer torneo ATP de su carrera en la arcilla de Houston ante un duro Casper Ruud.
No tendría que esperar mucho para su segunda corona. Llegaría en mayo. En Munich sacó del camino a Alexander Zverev, Diego Schwartzman y Marco Cecchinato, y se quedó con el trofeo de campeón. Esa victoria lo dejaba en el puesto 33 del escalafón y lo convertía en uno de los jugadores con mayor porcentaje de rendimiento en tierra batida.
Tras esos éxitos, el nortino siguió con altibajos. Fue eliminado en segunda ronda de Roland Garros y el US Open, mientras que en Wimbledon tuvo debut y despedida. En ese momento reconoció que no había hecho bien su calendario.
Cerró el 2019 en Asia y Europa Indoor. Pese a que esas giras estuvieron marcadas por la irregularidad, tuvo una gran actuación en el Masters 1000 de Paris Bercy. Por primera vez en un certamen de esa categoría llegó hasta cuartos de final, eliminando a jugadores de renombre como John Isner y Jeremy Chardy, para luego caer con Grigor Dimitrov.