Deporte en vacaciones

En época estival muchas personas aprovechan el tiempo de ocio para realizar ejercicio o practicar algún deporte, pero es importante tener en cuenta varios puntos antes de embarcarse en actividades al aire libre.

Debemos elegir un deporte para el que estemos capacitados. Aunque suene de "Perogrullo", muchas personas esperan esta época para innovar en sus prácticas deportivas. Es fundamental realizar actividad física de forma progresiva y no pensar que el estar de vacaciones nos da más tiempo para poder canalizar de mejor manera la energía, considerando que durante el año se realizó poco o nada de ejercicio.

La hora es un factor a tener en cuenta. El sol no es un buen amigo al momento de practicar deporte. Las personas se exponen a un golpe de calor, por lo que se recomienda realizarlo en la mañana o en la tarde, y siempre hay que utilizar un bloqueador solar.

Paralelamente, siempre se debe estar hidratado porque la perdida de calor es mayor en esta época y las personas aumentan la sudoración eliminando agua. Si la persona quiere nadar, la perdida de calor también existe, pero es menos perceptible debido al medio donde se encuentra. "Tener sed es un signo de deshidratación", por lo tanto, debemos consumir líquidos antes, durante y después del ejercicio.

Patricio Arroyo Jofre

Vacaciones: al rescate del patrimonio

Las vacaciones son una de las conquistas sociales más universales del mundo laboral moderno, uno de los fenómenos colectivos más esperados por la ciudadanía. Una nueva extensión del tiempo conquistado durante todo un año o más y que nos ofrece la ruptura espacial del entorno más cercano, abriendo nuevas fronteras físicas y mentales.

Por ello es totalmente condenable que entre quienes tengan el privilegio de conocer nuevas fronteras haya personas que dañen el patrimonio, como fue lo sucedido en el Cerro Unitas en el Gigante de Atacama y en las Torres del Paine. Lamentablemente, en numerosos lugares del mundo se ha destruido el patrimonio, incluyendo un saqueo continuo a la memoria de los pueblos originarios.

El caso es que hoy muchos turistas parecen estar en la búsqueda de emociones relacionadas con la hedonía y la recreación extrema, en vez de querer hacer comunidad y valorar los espacios. Hoy es un turismo de la selfie y del yo, con una cierta compulsión narcisista y una permanente necesidad de aprobación, aceptación y status. Experiencia muy lejana a la conquista social del vacacionar con el objetivo de hacer comunidad, poniendo en valor a los otros.