Adaptación. Esa es la palabra que más se escucha por estos días en el club de campo de Cobreloa, donde el plantel comenzó con el trabajo físico a cargo de Diego Jiménez y Marco Antonio Figueroa para alcanzar su mejor versión de cara al comienzo del nuevo sueño por conseguir un ascenso a fines del 2020.
Es una ambientación transversal. Hay que adaptarse a la nueva ciudad, a los entornos, a la convivencia mayor con el resto de sus compañeros, ya sin la presión de jugar una liguilla en pocos días.
La mala experiencia de Santiago ya pasó para los jugadores mineros y dos de los nuevos referentes en el plantel loíno, los uruguayos Pablo Caballero y Emiliano García la asumen de buena manera, pese a que se perdió una posibilidad de jugar esta temporada.
"Obviamente que hubo mucha amargura después de perder ese partido, porque pese a que no llevábamos mucho tiempo en el club, todos sabíamos lo que nos jugábamos. Si era cosa de ver el apoyo que nos dieron en los entrenamientos, en el trayecto al aeropuerto y en el estadio el día del partido. Esa ilusión grande que tenían los hinchas también la teníamos nosotros", comentó Caballero (32), uno que ya toma papeles de líder dentro de un equipo en donde es el nuevo capitán.
Lo de Emiliano García (30) a ratos parece más de bajo perfil. "Uno no ha conocido mucho de esta ciudad porque estas primeras semanas fueron de trabajar concentrados en la liguilla y ahora, que entramos en una etapa de mucho trabajo exigente en pretemporada con lo que significa establecerse mejor en Calama, con suerte vas al supermercado y de ahí a la casa a descansar", reconoce el zaguero que se mantiene solo, sin su familia en el norte.
García entiende que lo de Temuco en la liguilla "es una oportunidad perdida que nos ilusionaba a todos pero que tenemos que tomar como una lección. Vienen diez meses de competencia muy exigentes y todos acá vinimos con el objetivo de ascender. Si no se pudo en la primera oportunidad, ahora hay que ir convencido en la segunda".
Ambos reparan en el buen grupo que ha conformado MAF. Caballero entiende que "se nota que todos están convencidos y con la mejor disposición. El tiempo dirá si eso bastó o no a fines de año".
García subraya que "el conocerse queda atrás. Hay un buen grupo. Ahora sólo queda trabajar y prepararse bien para el exigente año que se nos viene".