Cartas
¿El pueblo unido?
Era bien sabido en Chile, que en tiempos de catástrofes, la gente se unía olvidando diferencias para poder salir adelante. Hoy que el país sufre una de sus peores catástrofes humanas, ya las diferencias no se obvian, se acentúan, se acrecientan, y cada cual quiere imponer su realidad sobe la de los demás, sin importar si son minorías o mayorías que ansían pisotear al resto. Sin importar que al final todos somos gente que necesita de la gente, pero que ya no quiere ser más gente, son excusas de ser un todo, pero un todo donde la diversidad de pensamiento es limitada a solo quienes piensan afín a una ideología o algo casi común.
Se siente un grito popular, pero no es una mayoría generalizada ni absoluta.
Gente que necesita de la gente, pero no si es gente que no piensa como tú, como aquel, como aquella, gente que discrimina luchando contra la discriminación, gente que excluye luchando contra la exclusión y por batalla la inclusión.
Es gente que lucha contra la desigualdad, pero destierra al que es desigual, gente que lucha contra quienes han saqueado y abusado sus vidas, pero que no trepida en saquear y abusar de otras vidas. Gente que quería que la tortilla se volteara, no para saborear el otro lado, sino para quemarla y mostrar su rabia y para cobrar revancha.
Al final, gente que quedó en el camino, como héroes tuertos, ciegos, heridos, muertos, desolados, divididos, destruidos, abusados, explotados, manipulados, sordos, obcecados.
Y un Chile avejentado y empobrecido, quién sabe cómo se sale de esta catástrofe porque ya las diferencias son insoslayables, insostenibles, inolvidables. Se han marcado a odio y fuego.
El pueblo unido quién sabe si esta vez será oído.
Manuel Pallero
Del diagnóstico a la acción
Que simple resulta hacer diagnósticos de la crisis, pero que difícil ha sido generar propuestas concretas, de solución efectiva, para salir de ella. El desafío de gobernar no sólo involucra a los actores políticos sino que también al conjunto de la sociedad civil. De la misma manera que le exigimos a nuestra clase política nosotros, la ciudadanía, no podemos ni debemos seguir estando de brazos cruzados. Debemos, necesariamente, pasar a la acción y ser protagonistas para aportar al restablecimiento del orden social, velando siempre y en todo momento por la continuidad y respeto hacia nuestro Estado de Derecho.
Rodrigo Durán Guzmán