Cartas
Cómo atacar el ruido en los espacios de trabajo
Hace unos años, se ha puesto de moda la utilización de espacios abiertos de trabajo. Entre algunas de las razones están que estos promueven el trabajo colaborativo y la comunicación entre los empleados. Además, optimiza el espacio y se hace una opción más rentable.
Sin embargo, también tiene una contraparte negativa, principalmente el ruido que se genera en estos ambientes de trabajo produce algunos resultados negativos que afectan la productividad de las empresas e incluso la hasta la salud de sus colaboradores.
Según una encuesta de la Universidad de Sydney el 50% de las personas que trabajan en una oficina abierta critican la falta de privacidad acústica. De igual forma existen estudios que arrojan que un tercio de la población es susceptible a los ruidos, y, según la Universidad de California, incluso cada persona tarda en promedio 20 minutos en recuperar la concentración pérdida luego de cada distracción, lo que se puede asociar a una disminución importante en la productividad de un 15%.
El ruido puede afectar la salud, el estrés causado por el ruido puede causar molestias, lo que afecta la calidad de vida, cambia el comportamiento y el estado de ánimo y, por lo tanto, puede tener efectos negativos en el bienestar.
Es por eso que las empresas ahora están cada vez más preocupadas por generar ambientes laborales saludables. Luchar contra el ruido implica un gasto energético importante, por lo que lo que algunas empresas han comenzado a integrar a sus espacios cápsulas de privacidad para así tener lo mejor de los dos mundos. Con este tipo de medidas se busca solucionar los problemas que generan las distracciones en el entorno laboral, mejorar la productividad, la salud e incluso la felicidad de los empleados.
Susana Moreno
Jornada laboral
A la fracasada copia del sistema de transporte colombiano que nos trajo el Transantiago y el fallido intento de copiar el sistema educacional finlandés, al comprobar las profundas diferencias en la idiosincrasia de ambas poblaciones, ahora se suma el querer imitar el sistema danés para fijar la duración de nuestra jornada laboral, pero una vez más, sin antes preparar un serio y profundo estudio de las similitudes y diferencias entre los diversos escenarios a que se ven enfrentados los trabajadores de ambas naciones al cumplir sus labores.
Luis Enrique Soler Milla