Cartas
Dedicado a Felipe Contreras
Señor director:
Hoy el cielo se ha cubierto de muchos globos blancos y cada uno de ellos formaron tu nombre en el cielo.
Atrás quedará el eco, tu voz y tu sonrisa, esa que irradiabas en tu época de colegio.
Tus amigos te extrañarán y te recordarán, sentirán pena por tu tan pronta partida.
Pero sabes, te recuerdan con cariño y aprecio porque fuiste un luchador. Hasta el final diste la pelea, hasta las últimas consecuencias y solo Dios tuvo la palabra final.
Cuesta mucho creer que ya no estés, que tu silueta alta ya no se verá, que tu caminar por estas calles de la ciudad ya no se sentirá.
Esta ciudad que te vio crecer y estudiar, y que te dio muchos momentos buenos y malos compartidos ya más no serán.
Ya las estrellas no tendrán el mismo brillo pues con tu llegada a ese lugar se opacarán, pues tu brillo será el que más relucirá, pues tú en una de ellas te convertirás.
He sentido pena por todo lo que pasó, cómo alguien tan joven ya partió y que le gustaba también el reggaetón.
Me detendré un segundo a pensar por qué estas cosas pasan y tienen tan mal final, pero sé que Dios en su sabiduría infinita lo quiere así.
Tal vez el tenía otros planes para ti en otro plano más superior.
Sé que no hay nada más triste que la despedida eterna de alguien que tenía ganas de vivir, y un triste silencio te inunda el alma y no te deja respirar.
Pipe, tal vez no puedas escucharme ni a mí, ni a tu familia, ni a tus amigos, pero sé que estás en un hermoso lugar en donde hay mucha paz y nada te perturbará.
Descansa Felipe, después de todo allá tarde o temprano nos hemos de encontrar.
Hoy escuché al silencio decir tu nombre y me decía no me digas adiós, sino solo hasta luego...
David Aguirre Yao