Ignacio Araya
El entrenador Juan Carlos Moral (49) tiene razones de sobra para estar contento. Su pupilo Sebastián González logró cruzar los 22 kilómetros que separan Juan López del Balneario Municipal de Antofagasta, y pese al frío, el cansancio y el desgaste, el chico de 17 años superó la difícil prueba. A su temprana edad, el joven tiene currículum de sobra en la natación: campeón nacional en aguas abiertas en 2017 y 2018, el "señor de las tres aguas" en una competición de 5km de río, mar y lago en Valdivia, y ahora, con este reto.
"El año pasado me vino con la idea de cruzar el Canal de la Mancha", cuenta el argentino sobre el joven que desde los ocho años se dedica a las aguas. A Moral la idea no le gustó y le recomendó partir con el cruce de la bahía de Antofagasta. La decisión se tomó en enero y desde entonces todo fue gestión para poder hacer el desafío. Por ejemplo, la gestión con la Armada, o la misma supervisión mediante un árbitro que chequeara todo.
Ahora, con la misión cumplida y con González de vacaciones por dos semanas antes de ir a competir al campeonato nacional de aguas abiertas, el entrenador Juan Carlos Moral reflexiona sobre la disciplina.
Talento
¿Un nadador nace o se hace?, preguntamos. "En todos los deportes, especialmente los individuales, vas a tener al talentoso y al de trabajo", cuenta. Y pone ejemplos: talentosos pueden ser Maradona, Sánchez, Vidal, tipos que con un poco de entrenamiento ya son campeones del mundo. Por otro lado, un ejemplo del trabajo sería Kristel Kobrich. "A los 18 años empezó a trabajar y llegó a lo que hoy conocemos como Kristel Kobrich".
La natación, a juicio del profesor, debe partir entre los 8 y los 11 años. "Mientras más chico, mejor", dice el entrenador Moral. "Él tiene que recibir la mayor cantidad de herramientas posible para la parte técnica de la natación. Y empezar a formar algo que es la base de la natación, la física aeróbica".
Desde pequeño, el nadador se va preparando en trabajo de fondo. Sus articulaciones también, en el gimnasio. Cuando viene el desarrollo fisiológico, explica, pasan a otra etapa. "Yo siempre les digo a los chicos que lo que yo hago es enseñarles a entrenar. O sea, ellos aprenden a entrenar".
Ese esquema dura hasta que tiene 17 o 18 años. Ahí, el deportista toma la determinación, si va a seguir como alto rendimiento. "Pasa a ser un trabajo, no es un divertimento. Empiezas en las edades infantiles como un divertimento, pero preparándolo y formándolo. Después le enseñas a entrenar, y después entrena", señala.
Y ahora, su alumno Sebastián González está entrenando. Tiene bastante por delante, como por ejemplo, la clasificación a la Copa Pacífico, donde estuvo tres años corridos. Nuevamente, con la mente en la meta, el nadador se enfrentará a las aguas que conoce desde que era un niño.
UNA CARRERA DE TRABAJO
El papá de Juan Carlos Moral era campeón sudamericano de salto ornamental, pero él se dedicó a nadar. Después de ser ayudante, a los 15, pasó a hacer el curso y formó equipos en Chacaritas Junior, Argentinos Junior y en la Sociedad Alemana de Villa Ballester. Tras pasos por Salta y Jujuy, fue contratado en Antofagasta.