Cartas
Venezuela
Sin duda alguna, la actual crisis venezolana ha traído a colación aquella olvidada lógica dicotómica que caracterizó gran parte del siglo pasado. La consolidación de dos bloques, clara e ideológicamente establecidos, ha dividido el resultado en las posibles alternativas y soluciones para el coflicto de Caracas. Sin embargo, si antiguamente la lucha era entre concepciones filosóficas, ideológicas y sistemas económicos, hoy parece estar más acotado al control de las fuentes energéticas y recursos naturales, los cuales condicionan las capacidades industriales y de desarrollo. Ese es el verdadero problema y karma de la crisis venezolana: el petróleo. Por eso resulta extraño la falta de una declaración conjunta de la OPEP respecto a la lucha por la legitimidad entre dos autoridades, en el país con más reservas de crudo del mundo. Ante el axioma que las crisis no son eternas, pareciera que la facción interna vencedora de esta disputa política resultará de aquella que no sólo logre cohecionar conciencias dentro del territorio, sino también de quien entregue estabilidad petrolífera y no desequilibre el olvidado juego geopolítico tan característico después de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, desde la dimensión de las relaciones internacionales, pareceriera que la crisis de Venezuela encuentra lógica dentro de los nostálgicos de la Guerra Fría.
Alfredo Martinez Hidalgo