Cartas
Santiago aún es Chile
Señor director:
Como una chilena común y corriente que soy, me he dado cuenta que hace un tiempo el pensamiento centralista de "Santiago es Chile" ha perdido cada vez más su fuerza, a razón de una cadena de movimientos regionales, políticos y sociales que han influido en el pensamiento de las mentes más críticas alrededor del país.
Sin embargo, cada vez que el invierno o cualquier otra excusa azota la región metropolitana, el foco de atención vuelve al punto de inicio. Por ejemplo, una tarde de lluvia invernal que para los sureños son apenas chispitas de agua, se convierten en una catástrofe de la naturaleza para cada santiaguino, en donde hasta la mínima cosa debe ser cubierta.
¿No debería ser que la capital esté al servicio del resto del país y no al revés? Es con estas cosas cuando me doy cuenta que Santiago aún es Chile. Es una pena, porque el resto de regiones todavía tienen mucho que entregar, no solo llegar a ser el "tercer mundo" de un Chile aún centralizado. El que aún piensa que al estar en Santiago conocerá el país, no sabe en dónde está parado. Aunque, en el fondo, la culpa no es suya sino nuestra, por darles el poder y la costumbre del foco público, pues se quiera o no es ahí cuando se muestra la verdadera naturaleza del chileno, aquel que todavía aspira a llegar a la metrópoli y cumplir su propio "sueño americano nacional", aquel que siempre quiere saber lo que pasa en la capital.
Es momento de entender que la vida no puede ser juzgada, ni tener un valor social que dependa de donde provengas. Cuando exista eso, seremos un verdadero país solidario y descentralizado.
Yusari Vallejos
Chile: el salvavidas de Evo
Estimado director:
Con toda la tremenda ayuda que le ha dado y le sigue dando Chile a Evo Morales (queramos o no) para re-postularse tantas veces para Presidente de Bolivia -sí porque antes de cada elección, fijo que saca a Chile al ruedo con las demandas marítimas, el río Silala y otros-, lo mínimo sería que nos asignara unos cuantos ministerios en su eventual futuro gobierno. En una de esas, Chile le brinda "el salvavidas que necesita para enfrentar el mar de problemas que normalmente le amenaza con ahogarlo, terminando siempre dando los típicos manotazos del ahogado... Si no puedes con tu adversario, únete a él".
Luis Enrique Soler Milla