Cartas
Encuentros
De improviso, de súbito, de pronto, alguien nos arrebata y en un estado de éxtasis entramos. Realizamos planes, trazamos ideas como anclas, vivimos como si de un laboratorio se tratara queriendo controlar todas las variables y un encuentro inesperado, pero enormemente vital, nos sacude. W. Whitman, poeta norteamericano, nos habla de ello utilizando la metáfora del ondulante océano de la multitud en donde dos gotas de agua logran darle sentido a su viaje pues, al menos por un instante, logran reunirse. Para Ezra Pound, también poeta estadounidense, es suficiente con que una vez hayamos coincidido. Somos seres emocionales y afectivos. Resuena siempre fuerte en la canción "somebody to love" de la banda británica Queen, y en la portentosa voz de Freddie Mercury, el ruego "¿Puede alguien encontrarme alguien a quién amar?" Celebremos los hallazgos que nos permiten encontrarnos a nosotros mismos y agradezcamos los encuentros que nos permiten estar a salvo de la distancia y el desamor, tal cual lo hizo Shakespeare en su Soneto XXV: "Feliz de mí, que amando soy amado, y ni cambiar ni ser cambiado puedo".