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Se reunieron para llenar de alegría a los niños del interior

Grupo de loínos cada año se reúne para realizar gran caravana navideña que llegar a alegrar a los pequeños de los pueblos del Alto Loa. Un trabajo duro que se traduce luego en el gozo de ver esos rostros iluminados de felicidad.
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Elizabeth Pérez D.

Llenar de sonrisas los rostros de niños que viven gran parte del año alejados de todo, es lo que buscaba un grupo de amigos que decidió entregarle alegría a estos pequeños en cada Navidad.

Son casi 15 años trabajando de forma ardua cada Navidad, para que esas caritas llena de ilusión y esperanza, se iluminen.

Y le sueño era ambicioso. Más de 300 niños del Alto Loa, que esperaban la visita del viejo Pascuero verían como sus anhelos se hacían realidad. Claro que antes se debía realizar un arduo trabajo.

No era sencillo presentar este proyecto a empresas, particulares y personas comunes, para que sumaran a la gran caravana que llevaría pura felicidad a los niños del interior.

Son tantas las campañas que se realizan, que todos intentan aportar para que más niños sean felices. Sin embargo también reina la desconfianza de aquellos que saben que muchos usan a los menores para conseguir recursos que luego eran malversados.

Pero esta idea era genuina. Reinaba el cariño y eso hizo que las dificultades se fueran sorteando y aunque el desafío a cada instante parecía cuesta arriba, se pudiera conseguir.

Fiestas en cada poblado, era el resultado de esta labor constante y también agotadora. Pero el cansancio era desplazado por esos ojos rebosantes de felicidad de los niños que recibían esta ayuda.

Claudia Varas es parte de este grupo de calameños que decidieron hace varios año iniciar este viaje, que tuvo en comienzo como destino la localidad de Chiu Chiu.

Se sumó al grupo que lideró al partir, Elio Ángel, quien vio como nacía la iniciativa de llevar regalos del Viejo Pascual a los niños de este poblado.

Cuando comenzó a compartir y ser parte de esta noble cruzada, se dio cuenta que habían otros pueblitos, donde varios niños quedaban esperando un regalo que no siempre llegaba.

El trabajo era duro, eran más de 200 niños, sin embargo las energías seguían intactas para incluir a varios más de los pueblos cercanos.

"Ahí empezamos a llegar a Toconce y Lasana. Ahora los niños esperan su fiesta de Navidad y para nosotros es tradición dedicar parte de nuestro tiempo a que esto siga adelante, a que esos niños no pierdan el verdadero de la Navidad, ese que está lleno de sueños que por un segundo se pueden volver realidad", explicó Claudia.

Consolidados

Ha sido el trabajo forjado en los últimos años el que les ha permitido ganarse la confianza de varias empresas que no dudan en tenderles una mano colaborando con las fiestas que deben realizar.

"Cada año pareciera más difícil. Llega un momento en que uno cree que no lo va a lograr, pero al final siempre hay gente que nos salva. Regalos que llegan y que hace que la carga se aliviane y se pueda cumplir con todos esos niños que esperan que la magia de la Navidad en sus hogares también se vuelva una realidad", agregó Claudia.

Hay un grupo estable de alrededor de cinco personas que lideran esta actividad. Todos comprometidos entregar a los niños y también a sus padres, un momento de alegría.

"Como en todo cada vez fuimos corrigiendo cosas. Por ejemplo hoy a cada padrino se le pide un regalo y dos mil pesos para golosinas. Antes no lo hacíamos y había niños que si recibían dulces y otros no. Cuando pedimos regalos y bolsa, no toda eran iguales y algunos quedaban mirando. Ahora en cambio todos tienen su regalo y los mismos dulces. Todos se van contentos a sus casas", agregó Claudia.

Y no solo reciben el paquetito que les trae Santa y sus dulces, además en la jornada que los visita esta verdadera caravana, también disfrutan de una entretenida fiesta. Esto ha hecho que cada año esperen con ansias el día de la visita.

Siempre tratan de innovar y este año además esperan tener algún espectáculo o pinta caritas. La idea es que los niños sigan disfrutando y que valoren desde pequeños que con esfuerzo se pueden conseguir grandes cosas.

Este año se visitarán los poblados de Toconce, Ayquina y Lasana. El principal objetivo es centrar la ayuda en esos niños que están todo el año en el lugar y que muchas veces miran de lejos las grandes actividades que se realizan en la ciudad.

Aquí siempre sobran ideas y faltan manos, por lo que siempre se realiza un llamado a todos quienes se quieran sumar.

Un regalo, gestionar aportes o participar en las jornadas de entrega, todo suma cuando el desafío por delante es grande.

Este año la jornada que permitirá recorrer todos los pueblos del interior, se realizará el próximo sábado 9 de diciembre en Lasana, Ayquina y Toconce.

Además existe la posibilidad de que cada padrino no solo envíe su regalo, sino que también comparte con los niños, los conozca y disfrute de cerca esa sensación de satisfacción inmensa que significa ayudar de manera desinteresada a un niños que agradece y es inmensamente feliz.

Si usted se quiere sumar, contáctese con este diario, muchos niños esperan ese lindo gesto.