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La picada favorita de muchos comensales en Antofagasta

"La Picá del Gallo" ofrece a sus clientes los mejores platos caseros de la ciudad y los recibe en un ambiente cálido y familiar y es atendido por sus propios dueños.
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Fabiola Vega M.

Hace más de 18 años que "La Pica del Gallo" está ubicada en el centro de Antofagasta y que ha deleitado a todos los comensales con sus exquisitos platos. No por nada, su local ha albergado a antofagastinos y turistas, como también a personalidades de la televisión y políticos.

Su dueño, José Gallo, cuenta que su local ya está en el inconsciente de las personas. "Aquí vienen todos a almorzar, desde turistas hasta abogados, trabajadores del comercio... de todo tipo", dice José.

Y tiene toda la razón. Durante el horario de almuerzo se puede observar que el local tiene una buena cantidad de clientes esperando por el pescado frito, pollo asado, fideos con salsa de alfredo, entre otros platillos.

El éxito que tiene en la actualidad "La Pica del Gallo" es a base de mucho esfuerzo. don José expresa que el negocio comenzó como muchos otros, cuando quedó sin trabajo y sin ningún peso por lo que tuvo que ingeniárselas para salir adelante. "Tenía que alimentar a mi señora y a mis hijas por lo que tenía que llevar el pan a la mesa y se nos ocurrió vender almuerzos en un local que arrendamos en calle Sucre", cuenta.

La situación fue bastante complicada para José y su familia, ya que al agotar sus ahorros debió buscar un trabajo y no lo encontraba, por lo que se decidió a instalar el local.

"Mi señora fue el motor fundamental de este local, gracias a ella que 'La Pica del Gallo' aún sigue en pie y con una muy buena clientela", dice José.

Inicios

Al principio fue muy difícil para José y su familia partir con este negocio. "No teníamos nada, ni siquiera platos para servir la comida así que tuvimos que utilizar las cosas que teníamos en nuestras casas para poder comenzar con el local", relata don José.

Los primeros tres meses estuvieron en un local que estaba ubicado en la esquina de Bolívar con Condell. "Ahí atendíamos igual como un restorante, pero era solo a la hora de almuerzo. Después nos tuvimos que cambiar al lugar donde estamos (Sucre con Matta) y ahí comenzamos de nuevo".

Y no han parado porque desde aquel día ya han pasado 18 años y no tienen fecha de cierre. "Este local le dio educación a mis hijas y nos da un buen vivir", dice don José.

Es por esto que cuenta que el secreto para que este local aún siga cosechando éxito es que es una picada familiar y que es atendida por sus propios dueños.

"Yo conozco a la mayoría de mi clientes. En la hora de almuerzo yo estoy acá, los atiendo, converso con ellos y con eso ellos se sienten muy bien atendidos" y agrega que tanto él como su esposa están en el local haciéndose cargo de todo.

Museo

Una de las características de La Picá del Gallo es que al entrar al local lo primero que ve es que tiene muchas antigüedades en sus paredes. Radios, planchas, cámaras fotográficas, teléfonos, entre otras cosas que se pueda imaginar.

"Empezamos con poquitas cosas, primero tuvimos que abastecernos de lo más esencial como los platos, mesas, sillas... todas esas cosas, pero teníamos que generar un ambiente y tener bonito el local para que las personas se sintieran a gusto por lo que comencé a adornar con cosas antiguas para que no se viera tan pelado, tan deprimente", relata José.

Sin embargo, el coleccionar artefactos antiguos se convirtió en una pasión para don José ya que en la actualidad tiene una gran variedad de antigüedades en la picada. "Tengo muchas cosas, con el tiempo las antigüedades se convirtieron en el sello del local".

A esto se le suma su fanatismo con el fútbol. El local es el lugar de concentración cuando juega el Club de Deportes Antofagasta y el Colo Colo y en sus paredes tiene las camisetas de ambos club autografiadas por sus jugadores.

"Me gusta el fútbol y soy hincha del CDA. Cada vez que juega vienen aquí a mirar los partidos, se transforma en una fiesta cuando el club gana", expresa José y cuenta que todo el barrio sabe cuando el club hace un gol.

"Tenemos varias campanas en el techo y cada vez que meten un gol las tocan por lo que todos en el sector saben que el CDA o Colo Colo hizo un gol".

Anécdotas

"Aquí han pasado muchas cosas, buenas y malas", manifiesta José y de inmediato comienza a recordar las anécdotas que han sucedido en el local.

"Obviamente con el tema del fútbol hay muchos momentos para el recuerdo. (...) También pasa con la política, aquí han venido muchos políticos de todas partes del país y ha tocado que algunas veces hay dos del bando contrario pero que después de la comida terminan muy buenos amigos y hasta con abrazos", cuenta.

Nombre

Este no ha sido el único trabajo de este tipo que ha tenido Don José. De hecho proviene de una familia que tenía sus propios negocios por lo que algo sabía sobre esto.

"Nosotros teníamos un local en las ramadas junto a mi hermano que la instalamos un año después de que mi papá falleciera", explica José.

Además cuenta el origen del nombre del local. "No teníamos nombre, pero la gran mayoría conocía mi apellido por lo que al referirse a mi local le decían "la pica del Gallo" porque la ramada que teníamos se llamaba así".

Aunque inicialmente el nombre iba a ser "Con las Patas y el Buche" igual que el popular dicho. "Se iba a llamar así pero muchos no lo iban a entender así que lo dejamos como está ahora".

Don José manifiesta que el local mantiene el espíritu familiar que siempre lo ha caracterizado. También afirma que no quiere hacer ningún cambio drástico en el lugar para que los clientes no se asusten.

"Quiero mantenerlo tal cual está. Obviamente siempre estamos pendiente de hacer las mejoras en las mesas, sillas, utensilios, todas esas cosas para que los clientes estén satisfechos, pero en lo que es el lugar... no. Quiero que siga manteniéndose y que sea un local histórico", indica.

Perseverancia

Como todas las personas que emprenden, don José relata que aparte de alegrías también ha llorado con su local.

"Los primeros meses nos quedábamos con las ollas llenas de comida, derramé muchas lagrimas, pero hay que ser perseverante. Esa es la clave del éxito", afirma.