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Nortino vive la emoción de una de las mayores fiestas del mundo

Con su infaltable cámara, el antofagastino Víctor Burgos -único chileno- trabaja como fotógrafo oficial del Ultra Music Festival Miami, uno de los festivales de música electrónica más grande del planeta.
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Desde 1999 que el nombre Ultra Music Festival comenzó a escucharse fuertemente en todo el mundo. En ese primer año, Miami pasó a transformarse (con el correr del tiempo) como una verdadera capital en cuanto a música electrónica se refiere.

En la actualidad, este festival de tres días se ha extendido a otras partes del mundo como es el caso de Sudáfrica, Corea del Sur, Brasil, México, China, Japón, Indonesia, Singapur, Croacia y también hasta Chile.

A través de su escenario han pasado de los más importantes artistas del mundo de la música electrónica, tales como: David Guetta, Moby, The Black Eyed Peas, The Prodigy, Beny Benassy, Skrillex, entre otros famosos DJ's.

Y en entre toda esa parafernalia de lo que significa vivir un festival de tres días en Miami, un oriundo del desierto más árido del mundo se ha encargado de hacer patria a través de su trabajo audiovisual, captando con su cámara y mejor dicho, inmortalizando verdaderas postales de la diversión en esta ciudad estadounidense.

Víctor Burgos es oriundo de Chuquicamata, quien a sus 32 años ha dedicado prácticamente toda su vida al mundo de la fotografía profesional, pero también a la producción audiovisual.

Es por este desempeño de registro de fotografías y videos, que logró crear su empresa de producción.

En este rubro es vital armarse de contactos. Uno de ellos fue clave para que Víctor llegara a convertirse en el único representante de nuestra tierra en dedicarse a fotografiar el festival Ultra en Miami (llamado así por el disco de la banda Depeche Mode "Ultra).

Festival

Todo comenzó hace cuatro años cuando dicho festival tendría una nueva versión en Santiago. En esa época, Víctor se puso en contacto con un productor que llegó a conocer por eventos comunes.

"Me dijo 'Víctor, está la posibilidad de traer el Ultra a Chile y queremos que tú seas el fotógrafo de la fiesta'", cuenta el joven profesional.

Víctor tomó sus maletas y su cámara y entonces viajó a Santiago a capturar esta fiesta electrónica. Pero por esas cosas de la vida, eso no sería todo porque el futuro le deparó algo aún más ambicioso.

"En marzo de 2014 me iba a ir de vacaciones a Orlando, Florida y le pregunté ¿Qué posibilidades hay de trabajar en la fiesta de allá? Me lograron acreditar y entrar directamente... Allá son como 20 fotógrafos", dice el antofagastino.

Ésta fue su primera experiencia. Recuerda que se trata de un evento muy diferente a lo vivido en Chile, por ejemplo.

"Es gigante. Es un fin de semana en el que van 150 mil personas, donde va gente de todo el mundo y los mejores exponentes e de la música, además tienes como siete escenarios distintos", cuenta el joven fotógrafo sobre este evento que se realiza en el "Downtwon" de Miami.

Esa fue su primera experiencia y desde entonces comenzó a estar fijo como el fotógrafo oficial del evento en Chile. Pero él quería más, de alguna forma ese "bichito" de haber probado lo que significaba vivir uno de los espectáculos más importantes del mundo de la música, lo picó.

Siempre por trabajo, se perdió la oportunidad en 2016, aunque viajó al festival que se realizó en Brasil.A Miami regresó este año y piensa hacerlo siempre. Ahora se debate entre regresar a la versión brasileña o bien en octubre asistir al Ultra México, marcando la primera vez que los aztecas reciban este show.

A pesar que la marca es la misma, claramente trabajar en el festival cuna de los demás Ultra, en Estados Unidos y por toda la parafernalia de los norteamericanos, debe tener algo especial, eso que lo hace único.

"Es tanta la parafernalia gringa que por ejemplo, el centro de operaciones que nosotros tenemos para editar fotografías se encuentra en un yate. Es enorme, más grande que este edificio (haciendo referencias a las oficinas de Emelnor, en Antofagasta) y en el primer piso tienes tu sala de prensa", comenta el joven.

Y añade: "Te llenan de pulseras, tienes un bar para los que trabajamos ahí. Al salir del yate, tienes un carrito como los de golf para moverte para los escenarios. Esta producción gringa es así, no se les van detalles. El trabajar con ellos es súper grato y entre fotógrafos no existe una competencia".

Víctor ahí se dio cuenta que sus colegas son fotógrafos de varias partes del mundo, pero él puede decir que es el único chileno. Y esto más que trabajo, lo toma como una especie de hobbie, algo que le gusta.

"Acá en Antofagasta en mi empresa yo soy súper corporativo. Esto es como un escape, es como ir a una fiesta a trabajar y finalmente, participas. Es algo totalmente opuesto a lo que hago acá y todas esas experiencias son las que compartimos con los otros fotógrafos. Esas experiencias son las bakanes, compartir con gente de otra partes del mundo y estar ahí trabajan do con ellos", añade.

Entre tantos colegas del mundo, la pregunta era más que obvia: ¿Alguno sabía algo de Chile?

"El que es como jefe de los fotógrafos me dijo (cuando supo que Víctor es chileno) 'aaah sí Bachelet' y yo me maté de la risa", recuerda el joven.

El trabajo del fotógrafo continúa. De esta forma, Víctor Burgos piensa continuar con la versión de este festival que se realizarán durante los próximos meses en Sudamérica.

En octubre se viene otra vez en Chile, Perú y posteriormente Brasil, mientras que en febrero Argentina. En marzo la cita es nuevamente en Miami y para lo cual Víctor ya está prácticamente instalado. Eso porque se trata de una celebración especial, Ultra festejará sus 20 años de vida.

En cuanto a la fiesta, añade que el ambiente es increíble: "Comienza al mediodía y se cierra a las 12 de la noche. Allá está lleno de latino y lo bueno es que casi no ocupas el inglés, sólo para cosas puntuales".

Por supuesto las anécdotas no podían faltar. "La primera vez que fui se puso a llover. Había un sol cuático y de la nada...¡paf! lluvia, típica tropical. Estaba con mis cámaras colgando y lo único que atiné fue a correr a un toldo gigante y de repente llegaron tres o cuatro chinas (hace un gesto para ejemplificar que las orientales se pusieron a cada lado) y todas con un traje de baño súper diminuto. Y yo estaba así con mi cámara, mirando para todos lados y no hallaba cómo sacar el teléfono para una foto, para molestar jajaja (ríe)".

Una experiencia que para Víctor comenzó como un trabajo más, pero que hoy puede decir que disfruta bastante lo que hace. Su oficina es una de las mayores fiestas del mundo.