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"Decidí tomar el cáncer de mama como un regalo"

Amanda Pérez, ex seremi de Minería de Antofagasta, cuenta cómo superó la enfermedad que le detectaron en 2011. Hoy da charlas motivacionales sobre su experiencia.
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Claudia Cáceres G. - La Estrella de Antofagasta

Hace seis años la vida de Amanda Pérez Ahumana, empresaria, ingeniera civil industrial en minas y ex seremi de Minería de Antofagasta, tuvo giro de 180 grados.

Acostumbrada a su vida de ingeniera, de trabajos asociados al rubro extractivo y el ajetreo constante de su misma labor, jamás pensó que pese a realizarse constantes exámenes preventivos, tendría que enfrentar una de las mayores pruebas de su vida.

El 30 de marzo de 2011 notó que su pezón se había reventado y que le salía una sustancia viscosa. "Siempre me había monitoreado con un doctor y se suponía que no había nada; cuando esto pasó me fui al doctor y me dice que se veía que era cáncer, pero que el resultado de los exámenes no decía eso. Tomé a mi hijo y me fui a Santiago, allá otro doctor me dijo lo mismo, que los exámenes se veían bien, pero se notaba que era cáncer de mama grado cuatro", recuerda Amanda.

Su cáncer era uno en 10 millones, muy difícil de identificar en exámenes, "ni siquiera con escáner, entonces me dijo que tenía que hacerme una biopsia abierta. Al momento de hacerla me encontraron un tumor de 10 centímetros, como una pelota de tenis. Me sacaron todo, me devolví a Antofagasta y me llama el doctor al mes".

Una vez en la ciudad, Amanda recibió dos noticias; una buena, su cáncer no se había alcanzado a ramificar; y otra mala, aún tenía cáncer, por lo que debieron hacerle una mastectomía.

"Me sacaron todo y empezamos la quimioterapia. Ese proceso fue el más terrible que puede haber en la vida, muchos vómitos y dolor; pasas días en cama porque básicamente te ponen un químico que es como bencina, es todo muy fuerte", explica.

Durante todo este proceso la exautoridad recibió los cuidados de su hermana. "Es fundamental el apoyo de quienes te rodean, pero lo más importante es querer vivir. Si tú no quieres vivir y te entregas no hay nada que te salve".

Su actitud dice que tuvo mucho que ver con el rubro en el que se ha desempeñado durante todos estos años, debido a que incluso había tenido que trabajar con explosivos con todos los días.

"Mi hermana le dijo al doctor -porque él estaba muy sorprendido de no verme triste- que 'a ella no la va a ver llorar ni flaquear'. En eso influyó mi profesión, tantos años en la minería, con metas todos los días, pero también por el futuro de mi familia y de mi hijo que en ese entonces tenía nueve años ".

Salir adelante

Amanda dice que su enfermedad decidió tomarla como un regalo. "Es una enfermedad, la acepto pero también es un regalo, dije 'tengo que cambiar mi manera de pensar, de alimentarme, de ver la vida".

Los temas fundamentales para salir adelante, cuenta, son en primer lugar cambiar la alimentación completa. "Que sea alcalina, pero también que tengas muchas ganas de vivir y que en el proceso no decaigas porque tienes que cambiar la estructura mental ya que te cambia todo. Estás a un paso de despedirte, entonces llega el minuto en que te preguntas 'porqué', 'para qué' y te das cuenta que efectivamente esta enfermedad es para que tú cambies, ya sea tu manera de vivir, tus metas y que te des cuenta que tú vienes a disfrutar a este mundo y tienes que hacerlo a cada minuto".

Pérez recuerda que en 2014, cuando aún era seremi de Minería, le anunciaron que ya no tenía la enfermedad. "Desde ese momento que estoy feliz y he seguido con una actitud diferente ante la vida. Primero no me enojo con nadie, o sea para qué discutir, soy tremendamente feliz todos los días porque estoy viva, estoy sana, puedo estar con mi gente, estar con mi hijo, trabajar y estar con él, los puedo hacer felices y eso es lo más importante".

Apoyo

Dice que si bien apoya las campañas para prevenir el cáncer, cree que debería existir más apoyo para mujeres que ya viven con la enfermedad. "No las toman en cuenta. Hacer una maratón por el cáncer es lindo, pero no estás con quien tiene cáncer y para la mujer que está sufriendo ese proceso es súper duro, para su familia igual. Muchas no tienen las condiciones económicas para hacerse el tratamiento. En mi caso, tenía cáncer grado cuatro y siempre me pregunto cómo pude salir de aquello. Me dicen que debe ser por la actitud, las ganas de salir adelante, de cumplir sueños".