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Hoy se cumplen 30 años desde la visita del Papa

El 5 y 6 de abril de 1987 Juan Pablo II visitó Antofagasta y hasta la fecha ha sido el único Sumo Pontífice que ha estado en Chile. Quienes lo vieron cuentan su testimonio.
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Claudia Cáceres G. - La Estrella de Antofagasta

Treinta años han pasado desde que Juan Pablo II visitó Chile, un momento histórico recordado con emoción por el mundo católico y no católico ya que hasta la fecha ha sido el único Sumo Pontífice que ha pisado tierras nacionales, más aún, en un momento del país marcado por tensiones políticas.

Desde el 1 al 6 de abril de 1987, el Santo Padre realizó un recorrido por Santiago, Valparaíso, Punta Arenas, Puerto Montt, Concepción, Temuco, Coquimbo y Antofagasta, siendo la segunda región su último destino, en donde - al igual que en todo el país - recibió el cariño y el saludo de miles y miles de niños, jóvenes y adultos que esperaban ansiosos ver aunque sea de lejos o por televisión al "Mensajero de la vida, peregrino de la paz".

Antofagasta

En la capital regional el Papa realizó tres esperadas ceremonias litúrgicas que llevaron meses de preparación. A su llegada los fieles repletaron las principales arterias de la ciudad, para esperarlo y verlo en su 'Papamóvil' que pasó por la ex calle Cautín.

Ximena Guzmán Quintana tenía apenas 8 años cuando el Papa pasó por la actual avenida Antonio Rendic, "recuerdo que lo vimos pasar por calle Cautín, parecía que irradiaba luz, fue un hermoso recuerdo".

María Salfate estaba en tercero medio cuando Karol Wojtyla aterrizó en la ciudad, "fui guardia papal y recuerdo haber ido a cubrir su entrada a Antofagasta en la Villa Azul y hacer cadena con nuestras manos para que él pasara con el Papamóvil. Luego nos tocó cubrir un sector que nos designaron en el lugar donde se hizo la misa de campaña en la Bonilla, fue una experiencia única".

Luego de atravesar la ciudad, su primera parada fue el Instituto Santa María, en donde realizó la ceremonia litúrgica 'Oración de la noche y bendición de la ciudad', la cual fue transmitida por televisión.

Aquel lugar también fue destinado para su alojamiento, en donde las religiosas de la Congregación de Jesús lo recibieron con mucha alegría y hasta el día de hoy mantienen intacta la habitación en donde durmió y descansó, como también las fotografías y recortes de diarios de la época que anunciaban su llegada.

La misa fue a las 21.10 horas y consistió en la lectura de un salmo, luego una bendición de su Santidad y la interpretación del canto a la Virgen María "Bajo tu amparo", uno de los más antiguos.

Al otro día el Papa celebró una ceremonia litúrgica en el Centro de Readaptación Social (hoy Centro de Cumplimiento Penitenciario) a eso de las 8.10 horas. En esa ocasión hubo una lectura bíblica, y después un recluso hizo uso de la palabra.

El actual párroco de la Parroquia San José Catedral de Antofagasta, padre Marcelo Pizarro, tenía 17 años cuando la máxima autoridad de la Iglesia Católica llegó a la ciudad.

"Sin duda fue un momento muy importante en la historia de Antofagasta. En el año 87 todo el norte grande se juntó en esta ciudad para recibir al Papa; recuerdo que vino una gran cantidad de familiares míos como también muchas familias de diversas partes", recuerda.

Además dice que luego de estar en el ISMA, tuvo un memorable encuentro con los reos de la cárcel, "fue muy bonito el mensaje que les dejó, luego fue la gran eucaristía en el campo eucarístico cerca del Club Hípico, en donde hoy está el Colegio Don Bosco. Fue una celebración multitudinaria, con todos los obispos de Chile y bastante gente de muchos lugares", comenta el padre.

Espera eucaristía

La última y más importante ceremonia litúrgica de su Santidad en Antofagasta fue la 'Gran Eucaristía del Norte Grande' que se efectuó el lunes 6 de abril a las 9.40 horas en el campo eucarístico, sector norte de la ciudad.

En aquella actividad participaron todos los obispos del país, pero a su lado estuvo el arzobispo de Antofagasta, monseñor Carlos Oviedo Cavada; el Cardenal Francisco Fresno, el secretario de estado del Vaticano cardenal Agostino Casaroli, entre otros.

"La noche anterior fue una noche de espera larga por ubicar locaciones donde estar. Para esa oportunidad, como signo de la religiosidad del norte de Chile estuvo presente la Virgen del Carmen de La Tirana, realmente fue una fiesta para toda nuestra ciudad. Fue un momento muy lindo y de mucha proyección porque nos invitó a fortalecer los vínculos con el Señor y eso fue la temática de este encuentro en el norte grande, a través de la iglesia, de la vida en ésta, con las comunidades, en las parroquias, donde uno va descubriendo al Señor, pero al mismo tiempo lo va compartiendo en la fraternidad con los demás", rememora el padre Pizarro.

La antofagastina Andrea Anabalón Aguirre recuerda que ese día se levantaron cerca de las cuatro de la mañana con su familia para ir a reservar un lugar en el Campo Eucarístico. "Eran caravanas interminables de personas que estaban divididas por cuadrantes, son vagos recuerdos que tengo, gente con carpas y frazadas tiradas y acostadas esperando la llegada. Era muy chica recuerdo que nadie iría a la escuela".

En todos los días que estuvo el Papa en Chile, el Ministerio de Educación decidió suspender las clases. Mauricio Avendaño, quien ahora tiene 45 años, indica que "estuvimos toda la noche con mi primo y mi hermano hasta el otro día a la hora de las misas. Estaba repleto, por donde esta La Chimba ahora. El Papa de verdad se veía como una persona angelical".

Durante la celebración de la Gran Eucaristía del Norte Grande, el Sumo Pontífice expresaba a los miles de feligreses que lo escuchaban atento, "Aquí, en el norte grande de Chile, en la querida ciudad de Antofagasta, tiene lugar la última etapa de mi servicio pastoral en tierra chilena. Y así, es de considerar en cierto modo providencial el hecho que hayamos oído en esta liturgia las palabras pronunciadas por Jesús en el Cenáculo de Jerusalén, al despedirse de sus discípulos: 'Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor".

Quien estuvo entre el público fue Zvonko Vitalic, quien dice que "sin ser católico fui dirigente scout por mucho tiempo y como jefe de grupo de los guardias papales, tengo aún el listón amarillo y la credencial. Tuvimos una experiencia religiosa muy significativa. La gente tenía fervor y ganas de que su voz fuese escuchada. Al terminar la ceremonia mi grupo estaba cerca del escenario y pudimos verlo asomado al vagón del tren, cansado, pero su semblante era radiante, transmitía verdadera paz y puedo afirmar que era un hombre sano y de fe".

Quien también estuvo en esa misa fue Elvira Alarcón ya que le tocó estar en el coro junto a su hermana. "Le cantamos al Papa y nos dio su bendición, fue maravilloso, una emoción muy, muy grande. Éramos tres o cuatro coros, nos unimos incluso vino el de Calama, el de profesores, fuimos más de 200 personas que le cantamos".

Jenny Verela, tenía 13 años y menciona que "fue una experiencia súper linda, estuve con mi mamá y con una vecina esa noche que pasamos en el Campo Eucarístico. Algunos llevamos frazadas porque para ese tiempo era un lujo tener saco de dormir, pero lo esperamos hasta el otro día y fue hermoso".

Proyección

"El Papa nos hablaba del valor de la eucaristía, de la misa de domingo, en un momento muy delicado de la historia de Chile. Nos hablaba de estar junto al Señor, que en la vida de iglesia íbamos a construir un país más fraterno, solidario, justo y más de Dios. Ese mensaje hace treinta años nos falta hacerlo realidad. Es un bonito recuerdo, uno de los más bonitos que tiene la historia de Antofagasta y de Chile, per hay que recordarlo no sólo en la nostalgia sino que en una proyección de vida", manifiesta el padre.