Pablo Mamani Prado
Los recuerdos siguen vivos en la memoria de Guillermina Ortiz Muenas. No quiere llorar, pero tampoco desea bajar los brazos y sólo exige esclarecer los hechos del pasado 26 de febrero, cuando su esposo Carlos Rivera Ibaceta falleció mientras estaba realizando trabajos de mejoras al interior del Colegio Sagrada Familia.
Con 21 años de experiencia en el área de la construcción, nadie pudo saber que ese domingo sería el último que verían con vida al conocido "Pejerrey", menos su familia.
"Espero que se sepa la verdad, pero realmente la verdad. Es lo más importante para mí y que se haga justicia, que esto no quede impune, porque esto le pudo haber pasado a cualquier persona. Pero me ocurrió a mí", señaló Guillermina a La Estrella.
Investigación
Es preciso destacar que Carlos Rivera Ibaceta estaba prestando labores en las obras de construcción de la nueva playa artificial El Salitre, cuando le salió un "pituto" en el Colegio Sagrada Familia, a través de una empresa contratista que en ese tiempo estaba haciendo arreglos al establecimiento.
Aquí el "Pejerrey", al momento de ocurrir el accidente, estaba realizando trabajos de electricidad en el recinto educacional y entre las 20:00 y 21:00 horas, en circunstancias que son investigadas, recibió una descarga eléctrica.
Esos momentos son dolorosos de recordar, pues este padre de familia con una hija estudiando en la universidad y una pequeña de dos años, solo buscaba mejorar la economía de su hogar.
Según afirmó Guillermina, él estuvo prestando labores en las obras del colegio un poco más de un mes y quiso aclarar - categóricamente- que su esposo estaba trabajando con implementos de seguridad, ya que tenía 21 años de experiencia en el rubro (sin tener accidentes) y no se iba a arriesgar a andar desprotegido en ese lugar. Ella cree que hay otros responsables en este fatal hecho.
Actualmente el caso es indagado por la PDI Tocopilla, quienes trajeron peritos para trabajar científicamente esta causa y determinar qué ocurrió realmente ese día, mientras que la contratista fue sancionada por la Inspección del Trabajo por las condiciones y documentación.
Además, aseguró que nadie la ha apoyado, excepto su familia, después de enterrar a su marido. "La escuela nada, cero, ni siquiera una palabra de aliento que me podía haber servido en el momento, nada (…) Los contratistas se presentaron el día que estábamos velando y en el funeral de mi marido, prometiendo mil cosas", sentenció la viuda del trabajador fallecido.
17 días han pasado desde el fatal accidente, el cual todavía es investigado por la PDI.