Cartas
Violencia en la playa
Señor director:
Creo que el sábado recién pasado o la madrugada del domingo el vaso se llenó. Basta de proteger delincuentes, basta de esconderse tras la pantalla de la juventud, basta de la inoperancia de las autoridades, basta de la ineficacia y la ineficiencia en el resguardo de la seguridad, basta de padres afligidos con hijos normales y con valores que visitan estos sitios públicos y no tengamos la seguridad de que volverán, basta con padres irresponsables que no controlan a hijos que no supieron criar y entregarles valores.
Este acto, que su prestigioso diario denomina riña, me parece que le baja el perfil a lo ocurrido. Éste en todo momento fue un intento de asesinato por personas que son un peligro para la sociedad, que con su sola libertad son un riesgo para nuestros hijos.
Además, la agresión fue por la espalda y a un sector de cuerpo, el cuello, que es la parte más vulnerable y que fue hecha conscientemente con el ánimo de matar. Solo la providencia salvó al joven, al cual se intentó asesinar.
Este balneario es un recinto municipal y espero que el señor alcalde se haga parte de las querellas por este alevoso hecho. Además debe tener en claro que el municipio es solidariamente responsable en el caso de demandas por daños de toda naturaleza a los afectados y familiares que pasan por un terrible transe. Demandas que espero afecte también fuertemente a los actores de la agresión y a sus padres en el caso de menores.
El señor gobernador tiene las facultades para presentar querellas en caso de connotación pública y creo que éste si lo amerita. El orden público ha sido afectado notoriamente y además crea, como siempre, alarma pública por lo ocurrido.
Este joven estudiante y su hermano fueron cobardemente agredidos, en desventaja numérica, por una jauría descontrolada, sin respeto a la vida y además cobardes que no son capaces de enfrentarse de igual a igual.
Debe aplicarse mano dura y les recuerdo a los jueces que también tienen hijos que pueden ser víctimas de estos delincuentes.
Por la tranquilidad de Tocopilla y por la de padres y jóvenes, esto debe terminar y se debe aplicar la ley con el máximo rigor.
Segisfredo Hurtado Guerrero