Esperando la ola en Paseo del Mar
La poza favorita de los niños está cerca del centro de Antofa. Acá todos esperan que llegue el agua.
Para ir al Balneario Municipal un domingo por la tarde, hay que pedir hora. Estaba tan llena la playa la semana pasada que no cabía un alma. El caballero de los helados pasó por al lado mío cuando estaba durmiendo una siesta y a mí se me antojó un mango leche como a los segundos después, pero ya el señor de los helados se había perdido entre toda la gente.
Obviamente las ganas de buscar un helado de mango leche eran más fuertes, así que me atreví a ir a buscarlo pero nunca lo pillaba. No sé como, pero llegué al Paseo del Mar, abajito del Jumbo. Ahí funciona una poza pequeña donde van a jugar los niños y chapotear en el agua mientras rompen las olas.
La poza estaba re piola, lejos de mucha bulla y palos de brocheta en el piso. Acá no caben más de tres quitasoles, pero hay sombrita y se puede ver el espectáculo del rompeolas desde unas bancas de cemento. "Es la primera vez que vengo por acá", cuenta Roxana Valdebenito, una santiaguina que lleva mucho tiempo viviendo en Antofagasta pero que, al igual que yo, no había venido nunca a esta poza. La razón era porque, años atrás, esta piscina con agua de mar estaba en pésimas condiciones, llenas de musgo. Una vez fui por ahí y me pegué tremenda caída.
"Acá no se llena tanto como las playas y es tranquilo. Acá por lo menos no ha llegado tanta gente, así que pueden tener espacio los niños para que puedan divertirse", dice ella, que se trajo a sus hijas a disfrutar del agua. Bajo su quitasol tenía todo para la once: juguito, galletas y un parlante donde ponía música.
Ahora, el Paseo del Mar tiene buena pinta, con accesos universales, rampas y decoraciones con mosaicos que le dan una hermosa vista a nuestra costa. Estaría bueno uno así para el lado norte, ¿no es cierto que sí?
Como les decía, en esta poza del Paseo los chicos son los más felices porque todos se ponen bajo la muralla para esperar la ola. Alguien levanta la cabeza y avisa. "¡La ola! ¡La ola!", gritan y se pegan a la pared. ¡¡Crashhhh!!, suena el golpe, llega toda el agua y los moja a todos en la piscina artificial. Y todos se ríen.
2013 Hace cuatro años que está funcionando el remodelado Paseo del Mar de Antofagasta.