Cartas
El triunfo de la voluntad
Hace unos días un exalumno me comentó que partía con su compañía de bomberos a los incendios en el sur- "Es un trabajo conjunto de los cuerpos de bomberos, además trabajaremos en forma combinada sumándonos al Ejército y Conaf. Usted sabe que soy del Regimiento Maipo y trabajé como brigadista, así que vamos con todo", me señaló con orgullo y mucha esperanza.
Su comentario refleja la importancia de la voluntad, entrega y sacrificio, al mismo tiempo que nos recuerda que son muchas las instituciones involucradas en el control de esta "creciente y espontánea" ola de incendios.
Es la voluntad que cada uno de los bomberos, brigadistas, soldados conscriptos, oficiales de Ejército y Marina, Carabineros y tantos otros voluntarios, chilenos y extranjeros, lo que permite ver lo mejor de lo nuestro.
Este es el mayor triunfo que permitirá controlar y posteriormente reconstruir las heridas de este desastre pocas veces visto.
Es lo que une a Chile en estos momentos, es lo que ha cobrado mártires que no pueden ser olvidados, esperemos que las luchas llenas de politiquería y demagogia, como "todo lo estatal es malo y lo privado es bueno intrínsecamente" y vic versa, no nos hagan perder el horizonte en estos momentos o el futuro cercano en la gestión de riesgos y desastres.
Pues hay mucho que agradecer a personas como Consuelo Marentis, Luciana Avilés, fundaciones, países amigos como Rusia, Colombia, Perú, España, México y EE.UU., entre otros.
No hay que protestar contra el destino, hay que vencerlo.
Francisco Sánchez
Una nueva forma de terrorismo
Casi simultáneamente se han producido enormes incendios forestales en Israel en la zona Haifa, en Chile y en Argentina.
Según los especialistas los incendios son provocados por astutos pirómanos que manejan muy bien la fuerza del fuego, encontrando los lugares idóneos para provocar el máximo daño posible. Así la fuerza del viento multiplica las chispas entre los árboles y arbusto secos, propagándose con rapidez, lejos de las cámaras de vigilancia y sin ser vistos, expanden el fuego hacia los terrenos adyacentes. Esta es la nueva forma de terrorismo doméstico o terrorismo individual donde las víctimas no son las personas, sino los bosques y los parques naturales, en que miles de hectáreas son destruidas en un instante, y se necesitan varias décadas para recuperar las especies perdidas.
María Celsa Rodríguez