Javier Andrónico Cangana
El lunes recién pasado, en Mejillones, se desarrolló el segundo taller que busca determinar los sitios de nidificación del gaviotín chico y las amenazas que día a día tiene que soportar esta pequeña ave que sólo habita en algunos sectores del Norte Grande y la costa peruana.
A este taller asistieron varias autoridades del Ministerio del Medio Ambiente, representantes de agrupaciones, pescadores artesanales, entre otras personas relacionadas a la costa mejillonina para compartir opiniones y coordinar un plan de trabajo para que el gaviotín no se extinga y pueda seguir viviendo sin problemas, especialmente entre Hornitos y Antofagasta, uno de los lugares donde se han encontrado nidos de esta ave.
Años de experiencia
Uno de los profesionales e investigadores que estuvo en el taller es Carlos Guerra, biólogo y miembro de la consultora mediambiental, Search, quien contó a este Diario que "lo que está haciendo este gobierno con este tipo de instancias es crear un plan de cómo abordar la conservación del gaviotín chico, considerando la experiencia adquirida las últimas décadas".
Por "décadas", el académico se refiere principalmente a los últimos 15 años, ya que confirmó que recién desde el 2002 esta ave en peligro de extinción comenzó a recibir la atención necesaria y su cuidado pasó a ser un ítem relevante de todos los estudios de impacto ambiental que las empresas que querían instalarse en la costa -principalmente termoeléctricas- debían cumplir.
"En los '90 prácticamente nadie sabía donde estaba el gaviotín chico. Se sabía que existía pero eran tan poquitos que sólo algunos lograban divisarlos en estos sectores. Entonces, cuando las primeras termoeléctricas empezaron a instalarse se les solicitó que abordaran esta problemática, es decir, investigaran dónde anidaban, cuántos había, etc", indicó el biólogo antofagastino.
Luego de ocho horas, el taller sobre el cuidado de esta pequeña ave finalizó con varias determinaciones, tales como sus amenazas y formas de combatirlas.
Amenazas
Respecto a las amenazas que día a día tiene el gaviotín chico, las principales, dijo Guerra, son las industrias que se instalan en el borde costero y/o la construcción de viviendas sin un plan regulador adecuado, ya que pasan a llevar los delicados nidos.
Otro efecto dañino y que ha sido denunciado en varias oportunidades son las personas que con sus vehículos entran -sin saber- a los lugares donde esta ave pone sus huevos.
Y la tercera amenaza es la constante presencia de perros abandonados que rondan las posadas y acompaña a mariscadores. Sin embargo, Carlos Guerra aseguró que los canes no siempre se comen a estos polluelos, la mayoría de las veces sólo los matan.
Medidas
Las medidas para preservar al gaviotín chico fueron englobadas en siete grupos, donde las principales se basan en la educación y concientización, tales como charlas en establecimientos educacionales en toda la región; definir los territorios de nidificación y que las personas no ingresen a ellos -y si lo hacen sean multados- y tratar de disminuir la cantidad de canes sin hogar.
"Desde ahora seguiremos estudiando el tema para que esta tradicional ave pueda vivir tranquila", dijo Carlos Guerra.
861 individuos de estas aves se contabilizaron entre Hornitos y Antofagasta en 2015.
2007 Desde ese año diversas autoridades y organismos estudian sistemáticamente al gaviotín.
javier.andronico@estrellanorte.cl