Cartas
Video
Señor director:
La semana pasada el Consorcio de las Universidades del Estado de Chile (CUECH) lanzó un video contra el Crédito con Aval del Estado (CAE). En poco menos de 2 minutos arremete contra el CAE y el rol de las universidades privadas, asegurando que habría una masificación de casas de estudio poco selectivas y de mala calidad.
Lo anterior demuestra el gran sesgo que existe por parte del CUECH, ya que son capaces de faltar a la verdad con tal de seguir manteniendo los privilegios que han tenido hasta ahora.
La mayoría de los datos contenidos en el video no son ciertos y no hacen más que desinformar y delatar el real interés de tales instituciones.
No se explica la odiosidad contra las instituciones privadas, sus alumnos y las familias que las eligen, cuando han sido éstas las que han generado más movilidad social en los últimos años.
Por otro lado, también son falsas las acusaciones respecto a la poca calidad de las "universidades privadas", una generalización intencionada.
La calidad de muchas de estas instituciones ha sido más que demostrada bajo distintos criterios. Un ejemplo irrebatible: muchas tienen más años de acreditación que sus pares estatales.
Todos saben que la calidad no es una característica que asocia a la propiedad estatal con las instituciones de educación superior.
En la actualidad existen muchas universidades privadas de excelencia, por lo que calificarlas de "callampas" no solo es ofensivo para quienes dan vida al proyecto educativo, sino que más grave aún, es una agresión contra las miles de familias que libremente han decidido que sus hijos estudien en ellas. Ataques de ese tipo no tienen sentido, sobre todo cuando los estudiantes de instituciones privadas representan a más del 80% de la matrícula de educación superior.
Por último, es necesario tener un debate serio respecto a los mecanismos de financiamiento de la educación superior, así como también en la necesidad de avanzar en calidad.
Videos como el publicado la semana pasada no contribuyen en nada y son tan nocivos como el ya famoso trabajo audiovisual de la reforma tributaria, ese que hablaba de los "poderosos de siempre".
Nicolás Fernández