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Bielsa almorzó en Antofagasta con barra de la Roja

De manera sorpresiva el rosarino llegó a disfrutar de la gastronomía en el restaurant Amares, junto a su mujer y el padre Berríos. Hinchas le preguntaron si volvería a dirigir a la Roja.
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Ricardo Muñoz Espinoza

El recorrido que tendrá Marcelo Bielsa es un total misterio. Fiel a su estilo, el ex entrenador de la selección chilena trata por todos los medios de moverse en la capital regional, totalmente alejado de la prensa, lejos de las cámaras y las preguntas de los periodistas.

Por eso, no hay mucha información respecto a dónde se dirigirá el rosarino y si es que la hay, los datos se limitan a rumores.

Se decía que en la mañana se reuniría con su amigo, el padre jesuita Felipe Berríos. El jueves llegó sólo para estar presente en la ceremonia de inauguración del Centro de Formación Técnica del campamento Luz Divina VI en La Chimba, donde también se vivió la ceremonia de titulación de los primeros alumnos.

Y ahora, se supone que "El Loco Querido", tendría algo así como una reunión con el padre, en el mismo lugar. Más bien, un almuerzo donde podría compartir más a fondo con los vecinos, ya que tras la ceremonia habría estado algo cansado.

Sin embargo, es de mañana en el campamento y no hay ni una pista del sacerdote. Los pobladores no lo han visto desde la ceremonia y al llegar a su casa, nadie responde. Por los alrededores tampoco hay mucho éxito.

El hecho es que cambió el lugar de la reunión de los dos viejos amigos. Estaría recorriendo nuevamente el sector sur, se habría ido a conocer el balneario Hornitos, son algunos de los rumores que se señalaban.

Almuerzo

Pero lo cierto es que, no importando si esa era la idea original o si se trató de algo completamente espontáneo, Marcelo Bielsa y Felipe Berríos almorzaron finalmente en el restaurant Amares.

Al parecer, el lugar, no se trató de una elección al azar. Amares fue el ganador de la categoría "mejor restaurante de región" en un concurso a nivel nacional organizado por la Revista Wikén.

Hacia el fondo, en el extremo del local está el rosarino y al frente se encuentra sentado el sacerdote jesuita, acompañado también de otras personas.

Pareciera como si nadie se hubiese dado cuenta de la presencia de Bielsa, vestido de manera ligera, una polera y pantalones. Los clientes comen con total tranquilidad.

Y el ex técnico del Olympique de Marsella se da el tiempo para disfrutar tranquilamente el almuerzo, haciendo pausas, riendo y compartiendo. Lo está pasando bien Bielsa, junto a su mujer que permanece a su lado. Después aparece el mismísimo dueño del recinto, para conversar en la mesa del técnico.

De a poco comienzan las fotos con la gente. Un niño se acerca y con su teléfono aprovecha de pedirle una fotografía. "El Loco" acepta sin problemas y se da el tiempo para conversar con él.

El padre Berríos es el que abandona el lugar primero, al parecer por un compromiso y luego de varios minutos más, es Marcelo Bielsa quien se levanta de su silla, en medio de aplausos del público. Como si hubiese llevado una barra propia al recinto.

Si bien tenía para elegir los mejores licores, sencillamente habría preferido el agua fresca, mientras que se nota su amor por la buena mesa.

Bielsa optó por comenzar con una ensalada de césar junto con camarones y de fondo opta por el pulpo al olivo. Y para terminar, una selección de los más variados postres. Se va dejando propina y agradecido de la atención, pero antes hay tiempo para una foto junto a los garzones.

"La ciudad me ha encantado", les dijo a los presentes a la salida del restaurant, en donde quedó también maravillado con la comida.

Afuera la barra sigue con más fuerza. Hay unos niños y jóvenes que fueron alertados por las redes sociales de la presencia del estratega en el recinto.

¿Volvería a Chile?

Tras esperar un buen rato, es cuando comienzan las muestras de cariño de los muchachos que llegaron con camisetas de la Roja para fotos y alcanzar por un momento a saludar al ídolo.

Por ahí aparece también un vecino que quiso hacer de periodista. De entrada lanza tal vez la pregunta que todo Chile y cualquier profesional del periodismo deportivo le quisiera hacer en alguna conferencia de prensa.

"Marcelo, ¿usted volvería a dirigir a Chile?"

Bielsa se tomó un tiempo generando un eterno silencio, pero el hombre vuelve a lanzar la pregunta. Al oriundo de Rosario, no le quedó otra que contestar, aunque lleno de misterio: "Hay preguntas que deben ser respondidas cuando sea necesario".

Como si estuviese en la banca, esa respuesta del profe es como un pase al área contraria para alguno de sus pupilos. Un disparo que queda dando bote y deja en suspenso un posible gol.

La gente continúa llegando afuera del restaurant, mientras que Bielsa sigue veloz al auto en el que se está movilizando por Antofagasta.

Es entonces cuando aparece un grupo de trabajadores de un restaurant que queda justo al frente del Amares, el Che Ignacio.

Los hombres, todos vestidos con camisas con el logo de la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) comienzan a llegar en grupo y le piden una foto. Se forman como si estuviesen a punto de salir a un partido y siendo dirigidos por este técnico.

Marcos Pastén es el jefe del equipo de ventas de la CCU y quien toma la palabra para contar la experiencia: "Estábamos almorzando y celebrando el amigo secreto, cuando justo venía llegando uno de los muchachos y señala que estaba Bielsa al frente".

El hombre cuenta que sin pensarlo dos veces, de inmediato se levantaron de la mesa en la que se encontraban y cruzaron la calle sólo con sus celulares, para que entre todos sacarse alguna foto con Bielsa, que no tuvo problemas. "Yo sólo le dije, gracias profe. La foto tiene un valor agregado porque justo se dio que estaba todo mi equipo de ventas...¡Qué vuelva Bielsa!", dice Pastén.

El ex profe de la Roja toma el vehículo y se va acompañado de su esposa y con quienes se encontraba almorzando, para emprender el rumbo hacia el norte por avenida Balmaceda, en dirección al Hotel Terrado.

Se bajan ambos cerca de la histórica Casa Gibbs. Él pensando en las bondades y todo el cariño que le ha entregado Antofagasta, es el primero que intenta cruzar hacia el hotel.

Ella, mientras tanto, se da el tiempo. Espera la luz verde y tranquilamente bajo el insoportable sol, bajan de la mano, seguramente a descansar.

Pasan las horas, pero se quedan en el hotel toda la tarde. Se dice que estarían reunidos con representantes del campamento Luz Divina VI, con quienes el ídolo futbolístico habría tenido muchas ganas de conversar más en un ambiente privado.

No hay claridad sobre hasta cuándo se quedará Marcelo en la Perla del Norte, algunos dicen que hasta el lunes, otros que partirá hoy o tal vez mañana. Tampoco se sabe cuál será su siguiente parada, donde sólo se maneja que antes de dejar el desierto más árido del mundo, tendría deseos de conocer las playas cercanas.

Muchos mencionan a Hornitos. Lo cierto es que ha pasado mucho tiempo desde que dejó la Roja, pero para los chilenos el recuerdo y el cariño por las enseñanzas del profe dentro y fuera de la cancha, es algo que se mantiene intacto.